Sobre todo en esta temporada de calor se antoja una cerveza bien fría, lo malo es es que es una bebida insana, ¿no? las malas lenguas dicen que engorda y que no te deja nada bueno pero lo cierto es que esta bebida puede tener más beneficios que perjuicios.
Gracias a sus componentes se ha señalado en un estudio que ayuda moderadamente a prevenir la osteoporosis pues es una fuente importante de silicio, que ayuda al crecimiento y desarrollo de los huesos y el xanthohumol presente en el lúpulo puede reducir el riesgo de cáncer y a reducir los bochornos en la menopausia.
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La cerveza es nutritiva ya que se conforma principalmente por lúpulo, cebada o trigo, por lo que contiene vitaminas del complejo B, riboflavina, niacina y zinc, además de hasta 96 miligramos de potasio, 48 miligramos de fósforo y 14 miligramos de calcio.
El consumo moderado de esta bebida reduce el estrés y ansiedad que están directamente relacionados con problemas en el corazón, por lo que a la larga la cerveza reduce la probabilidad de un ataque cardíaco.
Según un estudio de la Universidad de Alcalá el silicio que contiene ayuda a reducir la absorción de aluminio del cerebro por lo que reduce el riesgo de contraer Alzheimer.
Si estás a dieta una cerveza no te cae tan mal, ya que una lata de 342 mililitros contiene un aproximado de 140 calorías y 5 por ciento de alcohol aunque si prefieres puedes recurrir a las versiones light, que contienen entre 100 y 120 calorías.
Ya que hablamos de cuidar el peso, debes saber que la cerveza en especial la oscura ayuda en la digestión gracias a que es una fuente importante de fibra.
Sobra decir que todo en exceso es malo, pero el consumo moderado de esta bebida es mejor que beber refrescos o jugos artificiales.
JCH