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Del algoritmo al paciente: inteligencia artificial para cerrar brechas en salud

Expertos de la academia, industria y el Senado coincidieron en que, si no se actúa con urgencia, la IA podría agravar las desigualdades en lugar de reducirlas.

Ciudad de México /

En México, la inteligencia artificial (IA) dejó de ser un tema del futuro y ya está presente en diagnósticos oncológicos, en expedientes clínicos digitales, en plataformas de triaje médico automatizado y hasta en el seguimiento de síntomas a través de buscadores conversacionales como ChatGPT.

Sin embargo, su regulación está pendiente, la capacitación profesional es insuficiente y la desigualdad amenaza con convertir la brecha digital en un abismo sanitario, de acuerdo con el diagnóstico compartido por legisladores, académicos y representantes de la industria tecnológica.

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Durante el panel Del algoritmo al paciente: inteligencia artificial transformando la salud, Sofía Pérez Haske, directora general de la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información (AMITI), explicó que la IA generativa tiene un papel central en tres aspectos del sistema de salud.

Uno de ellos es el análisis de datos clínicos para atención preventiva; el diseño de estrategias públicas con base en evidencia y la gestión de triajes automatizados. Todo esto, agregó, con un enfoque prioritario en cerrar las brechas de acceso en los llamados “32 Méxicos”.

“La IA no es exclusiva de las grandes capitales. En el sureste del país ya existen proyectos que utilizan inteligencia artificial para llegar a mujeres indígenas con servicios preventivos y educativos. Estamos pasando de lo reactivo a lo predictivo”, afirmó.

Pérez Haske subrayó que los datos generados incluso por quienes consultan ChatGPT para autodiagnosticarse —una práctica creciente— pueden alimentar modelos de prevención si se aprovechan con responsabilidad. “La gente está dejando una huella digital sobre sus síntomas y preocupaciones médicas. Eso es información valiosa, y con IA podemos estructurarla para acercar soluciones a quienes hoy no acceden al sistema de salud”, dijo.

Diferentes participantes coincidieron en que esta herramienta puede ser clave para disminuir las desigualdades de atención en el país, siempre que se legisle con urgencia, se capacite a los profesionales del sector y se establece una gobernanza ética e inclusiva.

El presidente de la Comisión de Inteligencia Artificial del Senado, Rolando Zapata, reconoció que “México no tiene actualmente ninguna legislación en materia de inteligencia artificial. La ausencia de un marco normativo limita la innovación, deja vacíos éticos y frena la adopción equitativa de esta tecnología en salud”.

Zapata adelantó que ya se construye una Ley Federal de Inteligencia Artificial que incluirá principios rectores y habilitará reformas específicas en leyes sectoriales, como la Ley General de Salud. Para ello, se realizaron más de 60 conversatorios con especialistas de la academia, el sector privado, diplomáticos y organismos internacionales.

“La salud es, de forma reiterada, el campo donde se identifica el mayor potencial de aplicación inmediata de la IA: en diagnóstico, prevención y minería de datos para investigación. Pero si no legislamos ya, la realidad nos va a rebasar”, advirtió.

El senador también alertó sobre el riesgo de que la falta de regulación amplifique la desigualdad. “Quienes tengan acceso a herramientas de IA en salud estarán cada vez más lejos de quienes no las tengan. No podemos permitirnos esa fractura. El marco normativo debe incluir principios de equidad, ética y derechos humanos”, insistió.

Universidades, aún en pañales

Pese a los avances en la industria y el debate legislativo, la academia mexicana aún tiene una deuda importante con la IA, comentó Patricia Parra, catedrática de la UNAM y representante de la Conferencia Iberoamericana de Facultades de Farmacia.

“El 80 por ciento de los planes de estudio en medicina, farmacia, odontología o enfermería no incluye formación básica en inteligencia artificial”, denunció. Parra evidenció la falta de preparación con un ejercicio en vivo: “¿Quién de ustedes tiene ChatGPT en su celular?, ¿Y quién sabe formular un prompt correctamente?”, preguntó al auditorio. Solo unos pocos levantaron la mano.

La académica señaló que la UNAM iniciará un curso gratuito de IA generativa para estudiantes y docentes, y advirtió que el rezago es doble: “Primero hay que capacitar a los profesores, después a los estudiantes. Y esto no debe limitarse a medicina. El equipo de salud es amplio: farmacéuticos, veterinarios, odontólogos. Todos deben estar preparados”.

Como ejemplo de buenas prácticas internacionales, Parra mencionó el programa de maestría en IA aplicada a la salud que lanzará la Universidad de Harvard este agosto. “En México aún no tenemos algo similar enfocado exclusivamente en salud clínica”, lamentó.

Tres pilares: legislación, formación y gobernanza ética

Los participantes coincidieron en que se requieren acciones inmediatas y coordinadas. “No basta con tener grandes bases de datos. Si no están conectadas entre sí, si no se traducen en políticas públicas o decisiones clínicas, no sirven”, señaló Zapata.

Para ello, propuso una agenda nacional de inteligencia artificial en salud con metas concretas, plazos definidos y responsabilidades claras para gobierno, academia, empresas y sociedad civil. El objetivo: convertir a México en generador, no solo adoptante, de inteligencia artificial.

Pérez Haske, por su parte, recordó que México está en medio de la revisión del T-MEC, y que el capítulo 19 —relacionado con propiedad intelectual— será crucial para definir los términos bajo los cuales la IA se insertará en los marcos comerciales. “Hoy no hay una sección específica sobre inteligencia artificial en el tratado. Pero en la siguiente negociación sí la habrá. Tenemos que estar listos”, advirtió.


La IA no reemplazará a los profesionales, pero sí a aquellos que no la sepan usar. “No te va a quitar tu trabajo una máquina. Te lo va a quitar alguien que sepa usarla mejor que tú”, dijo el senador Zapata.

Por eso, además de la alfabetización tecnológica, la formación crítica es esencial. “No podemos avanzar sin pensamiento crítico. No todo lo que nos dice una máquina es verdad. Debemos saber preguntar, interpretar, discernir”, aseveró Parra.

El llamado fue a sumar capacidades y voluntades. A unir lo público y lo privado. A poner a la tecnología al servicio de la equidad, no del privilegio. A usar la inteligencia artificial para cerrar brechas en salud, no para profundizarlas.

Porque como remataron los ponentes: “La IA no es el futuro. Es el presente. Y nos toca a todos que funcione para México”, expresó durante un evento de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF).


LP

  • Blanca Valadez
  • Periodista formada en la UNAM. Con 33 años de oficio, impulsada por la curiosidad y la aventura. Ha captado la voz de ilustres como Octavio Paz y Carlos Fuentes. Hoy explora los enigmas del cuerpo y la mente en relatos que resuenan en prensa, TV, radio y web.

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