El cáncer es una de las principales causas de muerte de niños y adolescentes en el mundo. Cada año, a nivel global más de 400 mil menores son diagnosticados con esta enfermedad, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana para la Salud (OPS).
En el continente americano se estima que hubo 32 mil 065 nuevos casos en 2020, en niños de 0 a 14 años, y se registraron ocho mil 544 fallecimientos en menores de 15 años; mientras que en América Latina y El Caribe la proporción fue de 20 mil 855 nuevos casos y siete mil 076 decesos.
La OMS-OPS refieren que la mayoría de los niños con el padecimiento viven en naciones de ingresos bajos y medianos, donde enfrentan inequidades inaceptables en aspectos como la detección temprana, diagnóstico y acceso a tratamientos de calidad y cuidados paliativos.
A propósito del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil, que se conmemora el 15 de febrero, la oncóloga pediatra Marta Margarita Zapata Terrés profesora y tutora del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, señala:
En los infantes son más frecuentes las leucemias, que se originan en la médula ósea; después los tumores cerebrales y luego los linfomas, tumores que se generan en los ganglios linfáticos.
Después hay una serie de tumores que se desarrollan en cualquier parte del cuerpo: hueso, músculo, hígado y diversos órganos. “En general, producen síntomas comunes de los cuales no estamos muy alertas, por eso es fundamental estar informados”, advierte.
El cáncer en la infancia es la primera causa de muerte por enfermedad. Eso hace que en México y el mundo sea un problema de salud pública en el cual debemos estar involucrados; además, con detección temprana, algunos tipos son curables en 90 por ciento de los casos, asegura la experta universitaria.
Signos de alerta
En leucemia se presenta fiebre, palidez y dolor óseo. “Lo importante es darle importancia, como mamás y papás, si estos síntomas duran más de una semana, entonces hay que consultar al pediatra”, expuso.
A los tumores cerebrales se asocian el dolor de cabeza prolongado (incluso con el uso de analgésicos), alteraciones de la vista como visión borrosa o ver doble, mareo y complicaciones para caminar. “En estos casos hay urgencia de acudir con el médico”.
En tanto, los linfomas de ganglios linfáticos y otros tumores como el de hueso, se relacionan con dolor y aumento de volumen en esa zona del cuerpo. Cuando se inflaman más de un centímetro esas protuberancias que tenemos en cuello, axilas e ingle, hay que estudiarlos, pues pueden crecer por una infección, pero también por cáncer. “Ser mal pensados permite a los médicos detectar el cáncer infantil en etapas tempranas”, subraya.
Zapata Terrés precisa que el diagnóstico de cáncer infantil no lo puede realizar el pediatra o médico familiar de primer contacto, pero sí detectar los primeros síntomas para canalizar al paciente con un oncólogo pediatra, quien es el especialista.
La especialista resalta que es importante que como personas adultas, les creamos a los niños. “Si nos dicen que se sienten mal, que no quieren comer o les duele la cabeza, no debemos pensar que son flojos o nos están manipulando, pues muchas veces estas conductas de los adultos retrasan los diagnósticos tempranos”.
Cánceres curables
Zapata Terrés acota que de los cánceres manifestados en cualquier edad, el infantil representa solamente cinco por ciento de los casos y es de los más curables.
“En países donde hay una referencia rápida y acceden pronto a tratamientos curativos, hay enfermedades como el retinoblastoma que tiene una curación del cien por ciento; otras como los linfomas también tienen una curación muy alta; incluso las leucemias en algunos casos tienen una tasa arriba del 90 o 95 por ciento, que es algo muy bueno”, asevera.
Estos niños, en la mayoría de los casos, no serán adultos con cáncer. “Se han hecho seguimientos en todo el mundo a largo plazo y hay muchos supervivientes. Menos del 10 por ciento de los tumores infantiles se asocian con cánceres en la edad adulta”, comentó.
Las principales medidas de detección temprana son: la educación, es decir, que a nivel de la sociedad y en especial los médicos, padres de familia y maestros estemos conscientes de que el cáncer existe en la infancia.
Además, la comunicación entre hospitales, porque en ocasiones se sospecha que puede padecer cáncer pero hay numerosos pasos intermedios que tarda en ser enviado a un área de oncología. Estos pacientes con sospecha deben tener facilidades para llegar a un hospital de tercer nivel, en donde se puede confirmar o descartar un diagnóstico, afirma.
El Día Internacional de Lucha contra el Cáncer Infantil, prosigue la experta universitaria, es conmemorativo para hacer conciencia de que esta enfermedad existe, para que nos comprometamos con acciones pequeñas que pueden cambiar el rumbo de estos pacientes.
En septiembre de 2018, la OMS emitió la iniciativa mundial sobre este tema, con el objetivo de abordar las desigualdades de los países para lograr tratamientos tempranos. Se busca lograr al menos 60 por ciento de supervivencia de los niños con cáncer para 2030 y reducir el sufrimiento de todos.
En consecuencia, aumentar la capacidad de las naciones para brindar servicios de calidad a los pacientes y priorizar el cáncer infantil a nivel nacional, regional y mundial.
bgpa