En México se registran 9 mil 587 casos reportados de cáncer de vejiga, lo cual lo convierte en el subtipo más común del carcinoma urotelial, con un 90 por ciento de todos los casos y que resulta difícil de diagnosticar porque se vincula con enfermedades de transmisión sexual, por la urgencia urinaria.
Este tipo de cáncer se origina en las células uroteliales que cubren el interior de la vejiga y, conforme va creciendo, se va infiltrando en las siguientes capas.
Una vez que se aloja en toda la capa muscular se origina la metástasis a órganos subyacentes, hasta que se presenta la metástasis a distancia, debido al ADN tumoral circulante.
Nora Sobrevilla Moreno, oncóloga médica con amplia experiencia en el tratamiento de los tumores del sistema genitourinario, señaló que el tabaquismo es el factor de riesgo más importante asociado al cáncer de vejiga y que, además del sangrado en la orina, en esta enfermedad se presenta sintomatología irritativa, como ardor al momento de orinar, deseo constante de orinar durante el día y la noche y urgencia para orinar.
Al ser síntomas tan poco específicos se suelen confundir con enfermedades de transmisión sexual o infecciones en las vías urinarias, así como inflamación del riñón o piedras en la vía urinaria, lo cual retrasa el diagnóstico oportuno y, con ello, la posibilidad de ofrecer mayor esperanza de vida a los pacientes.
La especialista también señaló que, si bien se trata de una patología poco frecuente, el cáncer de vejiga es una enfermedad agresiva, por lo cual, a pesar de que la mayoría de los casos se diagnostican en etapas tempranas, es necesario estar al pendiente de detectarla lo más pronto posible, debido a que los estadios tardíos, como es el caso del carcinoma urotelial metastásico, tienen un mal pronóstico.
María Teresa Bourlon de los Ríos, responsable de la clínica de tumores genitourinarios, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, añadió que dentro de los tratamientos actuales para pacientes con carcinoma urotelial metastásico se encuentra la quimioterapia. Sin embargo, se ha visto que es importante realizar un testeo genético en estos pacientes para conocer si cuentan o no con alguna alteración genética, como podría ser el caso de mutaciones en el FGFR, lo cual, gracias a las innovaciones y la investigación científica, las personas que no contaban con alternativas terapéuticas para tratar esta enfermedad en su fase avanzada podrán acceder a tratamientos personalizados más prometedores que, además, son administrados de forma oral.
El cáncer de vejiga ocupa el noveno lugar en todo mundo en cuanto al número de diagnósticos oncológicos. De acuerdo con Globocan, para el año 2020 se estimó una incidencia de 573 mil nuevos casos y aproximadamente 213 mil muertes a nivel mundial.
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Santiago Posada, director médico de Janssen México, explicó sobre los ensayos clínicos para crear e incorporar nuevos enfoques y tecnologías, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes y acelerar el desarrollo de fármacos.
“Un ejemplo de esto es el estudio donde examinamos a 99 pacientes con cáncer urotelial metastásico y, por el cual, dado su porcentaje general de respuesta, la agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) nos otorgó la designación de Terapia Innovadora de Tratamiento”, dijo.
LP