A los 5 años Carlos Villalobos tuvo el primer vínculo con las tortugas en su natal Oaxaca, y desde hace 20 se dedica a preservarlas en Pueblo Bonito, lo que le permite compartir a detalle sus características e incluso los mitos que hay sobre esta especie.
El reloj marca unos minutos pasadas las 6 de la tarde, el sol ha caído y la noche se aproxima, es tiempo ideal para la liberación de las pequeñas tortuguitas; la experiencia que forma parte de los atractivos que ofrece el resort Pueblo Bonito en los Cabos. Alrededor de 6 familias, todas ataviadas de blanco, papás y niños, están preparadas para vivir la acción.
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Pero antes el experto precisa: “No se pueden agarrar por ningún motivo”. Y la indicación se cumple al pie de la letra cuando Carlos voltea la caja con 300 tortuguitas recién nacidas que están listas para emprender su camino hacia el mar, aunque más de uno de los chiquitines “muere” de ansiedad por agarrarlas, mientras ellas se encaminan a su destino.
Tras explicar que durante “todo el año nacen tortugas, pero es de junio a diciembre cuando se incrementa la reproduccion”, el experto agrega que “se deben liberar inmediatamente de que nacen para que no pierdan el instinto del frenesí natatorio como le llaman los científicos”.
Para entonces los pequeños reptiles siguen su curso y los pequeños no pierden oportunidad de tomarlas, pero el experto insiste que, incluso, por ley no se debe hacer; así como no está permitida su comercialización.
“No está permitido el consumo de la carne, ni de los huevos, ni de la piel, ni de nada; es un delito federal, podemos caer en un grave problema porque se castiga hasta con 9 años de prisión”, dice mientras no pierde detalle de la escena, pues aunque han pasado unos 15 minutos aún hay varias pequeñas que no llegan al agua.
Así que el apasionado que dirige el Programa de Preservaciòn de Tortugas se da tiempo para seguir explicando cómo nació ese gran vínculo y en lo que ha derivado; pues del niño que en Oaxaca llegó a comer tortugas, ahora es el más ferviente cuidador de esos reptiles.
“Mi labor consiste en patrullar la playa en cuatrimoto para recolectar los huevos y llevarlos a un vivero que tenemos y en cuanto nacen hacemos el proceso de liberarlos”, explica Carlos, quien ha sentado precedente con su actuar y también impuesto una actividad que ha desencadenado el Programa de Preservaciòn de Tortugas que encabeza en Cabo San Lucas.
“En Pueblo Bonito tenemos un permiso del Ayuntamiento de los Cabos, se hizo una red en donde se invitó a todos los hoteleros para proteger a las tortugas, se logró y se han involucrado, somos como 56 empresas las que estamos en el programa y cuidan el frente de la playa. Aunque en Pueblo Bonito es diferente porque la extensión es muy larga, tenemos 8 kilómetros que cuidar”, dice el experto, mientras la última tortuguita ha llegado al mar y la noche ha caído.
jk