Cenar justo antes de dormir, causa de cáncer y obesidad

Médicos rusos advirtieron que 'picar' o cenar en la cama o justo antes de dormir puede ser un factor de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas.

¡Cuidado con los antojos nocturnos! (Shutterstock)
Ciudad de México /

Si eres de esas personas que suelen 'picar', botanear, comer o cenar en la cama, frente a la TV y justo antes de dormir, quizá sea tiempo de que consideres renunciar a esta agradable costumbre, pues según médicos rusos es causa de enfermedades crónicas, cáncer y obesidad.

En un artículo publicado por la agencia noticiosa rusa RIA Novosti, diversos especialistas advirtieron del riesgo a la salud de los antojos de medianoche, que se dividen en dos categorías distintas.


Según la doctora Antonina Starodubova, experta en nutrición del Departamento de Salud de Moscú, la gente que acostumbra comer fuertemente a altas horas de la noche se divide en dos categorías.

La primera categoría comprende a las personas sanas que, por motivos personales o laborales y sin padecer trastornos mentales o psicológicos, llega tarde a su casa y por esa razón cena fuertemente a altas horas de la noche, ya que a menudo por la prisa no se da tiempo de alimentarse sana y adecuadamente.

Estos largos periodos entre comidas, aseveró la nutrióloga, pueden propiciar o agudizar enfermedades crónicas del tracto gastrointestinal, así como úlceras y gastritis. Además, la cenas abundantes y tardías son un factor de riesgo para el desarrollo de desórdenes metabólicos como la obesidad, la diabetes y la hiperlipidemia. Adicionalmente, los alimentos grasos en la noche provocan trastornos del sueño, eructos frecuentes, acidez estomacal, agruras y pesadez en el estómago.


El segundo grupo, según la doctora Starodubova, está formado por gente que padece trastornos psicológicos y alimenticios como el síndrome de alimentación nocturna, que se caracteriza por una falta de apetito durante las mañanas y una ingesta abundante —o incluso excesiva— en la noche, que puede superar el 25% del aporte calórico diario.

Estos pacientes —que a menudo sufren de obesidad— interrumpen su proceso metabólico natural  y por ello sufren desórdenes en los niveles de glucosa y tienen altos niveles de grasa en la sangre. Además, aseguró la experta nutrióloga, entre menos tiempo pase entre la última comida del día y la hora de dormir, mayor es el riesgo de desarrollar cáncer.

¿A qué se debe esto?

Según otro experto, el doctor Oleg Buzik, mucha gente empieza a comer en exceso durante las noches como un medio de lidiar con la adversidad, la frustración o la soledad en sus vidas; después, experimentan culpa por haber comido en exceso y esto se convierte en un círculo vicioso.

Comer sin control en las noches, según Buzik, es un problema de dependencia que se manifiesta en un deseo incontrolable de comer y, después de haber comido, en una falta de saciedad debida a que los barorreceptores —terminaciones nerviosas que perciben los cambios en la presión arterial— han dejado de funcionar, "y sus efectos son similares a los del síndrome de abstinencia de quienes sufren una adicción", explicó el experto.

Este tipo de dependencia hacia la comida, como cualquier otra, surge por la acumulación de problemas psicológicos no resueltos y que hallan salida a través de la ingestión de alimentos. En estos casos, según Buzik, hay que acudir con un especialista.


Por otro lado, recientemente se ha popularizado —sobre todo, aunque no exclusivamente, entre los jóvenes— el hábito de comer o cenar frente a la TV mientras se miran películas, series, encuentros deportivos o se usan videojuegos. Esto, dicen los expertos, es un mal hábito, en especial si se trata de alimentos grasosos y altos en calorías, pues abonan al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y obesidad.

En ese sentido, los médicos aconsejan que las comidas se realicen en horarios estables, en la mesa y de preferencia con una mesa bien puesta y con platos agradables a la vista. Los alimentos no sólo deben ser sabrosos y suficientes sin caer en el exceso, sino también sanos, nutritivos y elaborados con higiene, y deben incluir vegetales, frutas, granos y proteínas de alta calidad.

En resumen, Starodubova recomendó que, para evitar comer en demasía antes de dormir, hay que procurar alimentarse adecuadamente durante el día, programar la cena dos horas antes de la hora de dormir, y consumir comida ligera, no grasosa y nutritiva, cuyo aporte calórico no rebase el 15% de la ingesta total diaria.


FM

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