César López Camacho, el mexicano que combate el coronavirus desde Oxford

El investigador poblano considera un “logro titánico” de la ciencia haber desarrollado vacunas en tiempo récord, pero reitera que éstas son como los iPhone: hay que actualizarlas constantemente.

Nació en la ciudad de Puebla el 21 de septiembre de 1979. (Especial)
Ciudad de México /

El doctor César López Camacho, originario de Puebla, trabaja con el profesor Gavin Screaton en la Universidad de Oxford en el Wellcome Centre for Human Genetics, colaborando en estudios de la respuesta inmune contra el SARS-CoV-2.

Miembro del panel del colegio de expertos como revisor de proyectos de covid-19 del Departamento de Innovación e Investigación del Reino Unido y del panel de asesores científicos para el desarrollo de pruebas de detección del virus, durante más de siete años López Camacho ha participado en la investigación de otras vacunas en el Instituto Jenner, también de la Universidad de Oxford.

Es “un logro titánico”, dice, tener actualmente diversos desarrollos vacunales contra el covid-19 que; aunque no tengan 100 por ciento de efectividad, servirán para frenar la cadena de contagio y la muerte de tantas personas en el mundo por esta enfermedad.

¿Cómo fue tu participación en la investigación sobre el covid-19 en Oxford?

Mi participación no viene sola ni de casualidad, se ha venido cultivando desde que llegué a Oxford a trabajar en la investigación de vacunas contra enfermedades transmitidas por mosquitos en el laboratorio del doctor Arturo Reyes Sandoval, que ahora es director del Instituto Politécnico Nacional y quien me brindó la oportunidad de estar en su equipo y desarrollar vacunas contra dengue, chikunguña y zika. Entre los dos planeamos el desarrollo de vacunas que fueran de impacto para Latinoamérica y lo están siendo; hemos escrito proyectos, hemos tenido patentes, esas vacunas están a punto de probarse en Latinoamérica y esto me dio las herramientas para trabajar en el desarrollo de vacunas de patógenos emergentes.

Al terminar mi contrato me muevo a otra parte de la Universidad de Oxford que se dedica al desarrollo de vacunas de nueva generación. Esto de las vacunas se puede pensar como los iPhone, el de hace cinco años no tiene nada qué ver con el de ahora, son nuevas generaciones y tecnologías; en las vacunas es exactamente igual, conforme pasa el tiempo las nuevas tecnologías van creciendo, van madurando y van dando mejores resultados en términos de protección e inmunidad.

Las vacunas son como los iPhone, conforme pasa el tiempo surgen nuevas generaciones. (Jesús Quintanar)

¿En qué momento se enteraron del nuevo virus?

Estando en el laboratorio del doctor Gavin Screaton, director de la División de Ciencias Médicas de la Universidad de Oxford, nos dimos cuenta de que en China había este problema (del nuevo virus) y junto con el laboratorio donde actualmente laboro, en coordinación con otros institutos y laboratorios de Oxford, se crea un consorcio de trabajo donde cada quien tiene un objetivo específico. El Instituto Jenner se dedica a hacer y diseñar la vacuna, somos líderes mundiales en el desarrollo y estudio de las respuestas inmunes de diferentes patógenos y toda esa experiencia se aplicó a lo que ahora estamos viviendo con el coronavirus.

Estamos estudiando las respuestas inmunológicas de pacientes que se han infectado, y me refiero a cómo nuestro cuerpo genera una respuesta protectora después de la primera exposición, esto primero te va a informar de qué manera debes hacer una vacuna que mimetice el efecto de una infección para que después, inclusive, puedas estar expuesto a ese patógeno y no enfermarte.

La eficacia se enfoca en estudiar en condiciones individuales cómo una vacuna te va a proteger. (Omar Franco)

Algunas vacunas garantizan diferentes porcentajes de efectividad…

Algo importante de entender en cuestiones de vacunología es que no es lo mismo eficacia que efectividad; la eficacia se enfoca en estudiar en condiciones individuales cómo una vacuna te va a proteger de una infección real, sin embargo la efectividad es cómo esa vacuna va a evitar infecciones en un sistema poblacional a nivel epidemiológico.

Estamos estudiando las respuestas inmunológicas de pacientes que se han infectado. (Octavio Hoyos)

¿De qué depende la eficacia de una vacuna?

La eficacia, primero, tiene que ver con la naturaleza del inmunógeno, la naturaleza de cómo se diseñó, cuántas dosis son necesarias y cuánto tiempo requieres para que esas respuestas inmunes sean protectoras. Es importante decir que las vacunas no necesitan tener 100 por ciento de eficacia, el ejemplo está en muchas de las vacunas que nosotros adquirimos desde pequeños, la eficacia de esas vacunas no llega a 100 por ciento.

Las diferentes vacunas que tenemos ahora contra el coronavirus están mostrando eficacia, pero lo importante es conocer cómo están funcionando para poderlas mejorar, volvemos a lo mismo del iPhone, la única manera de mejorar algo es intentando y probando.

¿Esto quiere decir que estas vacunas seguirán evolucionando?

Claramente sí. Por otra parte, haciendo cálculos estadísticos se ha demostrado que con que haya una eficacia de 50 por ciento ya se está haciendo un gran impacto en la diminución de las muertes.

El punto es detener la cadena de contagio…

Así es, disminuir las tasas de contagio. A lo mejor con las vacunas de 60 por ciento de eficacia significa que no vas a terminar en el hospital y no vas a morir, eso es lo que se está encontrando en la vacuna desarrollada en la Universidad de Oxford, que a pesar de tener 70 por ciento de efectividad lo que sí ofrece es que va a evitar una complicación y que haya fallecimientos, que precisamente es lo que nos preocupa del virus. Existen virus de los que nos infectamos y no crean un problema grave, por lo mismo no hay interés de hacer una vacuna porque no está matando, pero en el momento que el virus ocasiona problemas en términos de mortalidad es cuando las farmacéuticas y las universidades echan la carne al asador para sacar una vacuna no que garantice 100 por 100, porque eso es muy difícil, pero que sí impacte en la disminución del número de muertes.

Las enfermedades emergentes estarán siempre a la orden del día. (Omar Franco)

¿Normalmente qué tan complejo y tardado es el desarrollo de una vacuna?

El proceso de diseño, para las tecnologías que manejamos, no es un problema; el diseño de una vacuna es la menor de nuestras preocupaciones, lo más tardado son las regulaciones y los tiempos para probar que sean seguras; es verdad que tenemos este problema del coronavirus desde hace un año, el hecho de tener una vacuna que ya se está administrando es un logro titánico porque se han visto vacunas que tardan 20 años en hacerse. Ya vamos de gane y es un aprendizaje que nos llevamos los científicos para prepararnos para la siguiente enfermedad emergente.

En 2015 tuvimos el virus del zika y a todo el mundo nos puso de cabeza, todos trataron de hacer vacunas porque los niños nacían con microcefalia y con problemas neurológicos. Por eso se crean las vacunas, porque empiezas a darte cuenta de que un virus te va a llegar cuando menos te lo esperes y necesitas una infraestructura que te permita llevar a cabo un desarrollo de vacuna y que en corto tiempo puedas pasar del área básica de la investigación al área clínica.

¿Qué nos espera a los seres humanos en términos de los virus?

Las enfermedades emergentes estarán siempre a la orden del día, qué más quisiéramos los científicos que decir “todo va a estar bien, con las enfermedades que tenemos ya son suficientes”, pero no es así.

Por ejemplo, lo que se conoce bien en México es la prevalencia de enfermedades bacterianas como la borreliósis o enfermedad de Lyme, sin embargo se desconoce el impacto de las enfermedades causadas por virus transmitidos por garrapatas, y ese es un programa de investigación que actualmente estoy desarrollando, en conjunto con el desarrollo de vacunas para esas enfermedades.

En el mundo hay millones de virus que desconocemos, alrededor de 500 mil de esos virus circulan en animales, pueden tener un impacto de salud en la población humana y la única manera de saber sobre ellos es invertir en investigación científica, crear nuevas tecnologías, nuevos institutos que nos permitan hacer nuestro trabajo, descifrar la biología molecular de estos patógenos y hacer la mejor estrategia para que no nos afecten. Estamos hablando de virus, pero también tenemos bacterias, hongos y tenemos enfermedades sistémicas, así que, desgraciadamente, esto apenas empieza debido a que los humanos cada vez interactuamos más con fauna silvestre y el salto de una especie silvestre al humano es muy probable, el ejemplo claro es el zika, y ahora el coronavirus SARS-CoV-2.

En otro tema, ¿cuántos mexicanos hay en la Universidad de Oxford trabajando en investigación en el área biomédica?

La lista es limitada, pero en general todos quienes la integran han hecho y siguen haciendo un gran papel para seguir poniendo a México muy en alto en Reino Unido. Entre ellos están quienes llegan a estudiar maestrías o doctorados, como Marco Polo Peralta Álvarez, Gerardo Montalvo, Eriko Padrón y Lorena Suárez Idueta. Por otro lado, la doctora Lorena Preciado Llanes, el doctor Eduardo Montoya Díaz y Polinka Hernández-Pliego son destacados investigadores que merecen también reconocimiento.

Las vacunas no tienen que ser 100 por ciento eficaces, lo más importante es disminuir contagios y fallecimientos, asegura.

Perfil...

César López Camacho

Científico

Nació en la ciudad de Puebla el 21 de septiembre de 1979. Egresado de la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP, con un doctorado y cuatro posdoctorados en el extranjero, es investigador en el Wellcome Centre for Human Genetics de la Universidad de Oxford, donde colabora en estudios de la respuesta inmune contra el SARS-CoV-2. En México, es investigador nivel I del Sistema Nacional de Investigadores, con mas de 25 artículos publicados en revistas científicas.

Frases

“Las vacunas son como los iPhone, conforme pasa el tiempo surgen nuevas generaciones y tecnologías que dan mejores resultados”


“Estadísticamente, con que una vacuna tenga una eficacia del 50% ya tiene un gran impacto en la diminución de las muertes”

“El hecho de tener ya vacunas contra el Covid-19 es un logro titánico porque se han visto vacunas que tardan 20 años en hacerse”


ledz

  • Miguel Ángel Vargas

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