Es una de las plagas más devastadoras en el centro y sur de México, pero si se recolecta como recurso alimenticio combatiría la desnutrición y la obesidad en el país. Como fuente de proteína sana, el chapulín también reduciría el consumo de carne y bajaría la emisión de gases de efecto invernadero por las actividades ganaderas, destacó la UNAM en un comunicado.
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El daño de los insectos en la agricultura
En el Valle de Puebla- Tlaxcala, cerca de 40 mil y 50 mil hectáreas de cultivos de maíz, alfalfa y frijol son infestadas por S. purpurascens, especie endémica de México.
“Es tan destructiva esta especie que, si en un metro cuadrado de parcela hay unos cien chapulines, se comerán casi toda la planta, la cual, al carecer de áreas fotosintéticas, morirá o ya no dará frutos (mazorca o vainas)”, afirmó René Cerritos Flores, investigador de la Facultad de Medicina adscrito al Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud de esta casa de estudios.
El especialista universitario calculó que, si se cosechan cuatro toneladas de cultivo por hectárea, con la infestación es posible que únicamente se obtenga una.
Extraer la plaga de chapulines para hacerlos alimento
A partir de políticas públicas, de acuerdo con el investigador, se pueden extraer la mitad de los chapulines que infestan las áreas de cultivo, para atacar el problema de injusticia alimentaria.
“La extracción de la mitad de ellos permitiría alcanzar tanto su sustentabilidad como la seguridad alimentaria para generaciones posteriores. Recordemos que en México hay 1.5 millones de niños con desnutrición crónica.”
En el país y con la distribución actual, sólo de esta especie se podrían extraer de 200 mil a 500 mil toneladas.
Crear una industria de insectos comestibles en México
Para su formal industrialización y comercialización, debe convertirse en un producto inocuo: libre de contaminantes, de bacterias entéricas y de otros componentes que serían dañinos para la salud de las personas.
Sin embargo, en México la industria de insectos comestibles radica en la informalidad de la captura del chapulín de milpa.
“Desde hace más de 30 años, los chapulineros lo extraen clandestinamente de cultivos, sobre todo de alfalfa. En un día recolectan con redes de 10 a 15 kilos. Un riesgo sanitario es que en la colecta vayan aquéllos sobrevivientes a los insecticidas (malatión, principalmente) que se aplican a las parcelas para controlar la plaga.”
“Además de la validación sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, su cadena de extracción, distribución, venta y consumo requiere políticas públicas y la participación de un grupo multidisciplinario integrado por ecólogos, nutriólogos, abogados, psicólogos, mercadólogos…”, agregó.
Las posibilidades de los chapulines
Sin gestionar la aplicación de los modelos desarrollados por Cerritos Flores, que demuestran el potencial del chapulín de milpa, los insectos comestibles ayudarían a la desnutrición infantil en México.
“Ya sabemos que, de la región en donde esta especie es considerada una plaga (conformada por los estados de Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, Hidalgo, de México, Querétaro, Michoacán y Guanajuato) pueden extraerse 350 mil toneladas, con las que podrían alimentarse nueve millones de personas durante un año, con una ración de 25 gramos al día.”
El chapulín incluso podría reemplazar productos elaborados con harinas refinadas y azúcares, como la fructuosa y la sacarosa, que su alto consumo es causa de obesidad y sobrepeso.
“Sería bueno establecer políticas públicas para desincentivar el consumo de productos chatarra (sopas, refrescos, jugos industrializados) y sustituirlos poco a poco con insectos comestibles, los cuales formaban parte de la dieta de las culturas mesoamericanas”, precisó el investigador.
En tres años, previa gestión con las instancias correspondientes (federal, estatal y/o municipal, así como dueños de agroindustrias) y con base en modelos desarrollados por Cerritos Flores, estaría la posibilidad de montar una planta experimental para evaluar la viabilidad y las ventajas de la extracción y comercialización del chapulín de milpa como recurso alimentario.
MJA