Investigadores de la UNAM crean biofungicida contra insecto mortal

¿Conoces la chinche besucona? Muerde cuando las personas duermen y su mordisco afecta el corazón, el sistema digestivo e incluso provoca la muerte

Según la OMS, la chinche besucona afecta a entre 7 y 8 millones de personas en el mundo. Foto: Gaceta UNAM
Ciudad de México /

En la UNAM desarrollaron un biofungicida que combatirá la chinche besucona, insecto que, al chupar la sangre, afecta el corazón y el estómago. Se presenta principalmente en Latinoamérica y en áreas rurales, pero también llega a otros entornos y en el país el 74 % de los casos se concentran en el estado de Morelos, señala Gaceta UNAM.

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Los insectos suelen morder cerca de los labios cuando las personas duermen y, si están infectados con el parásito Trypanosoma cruzi, y además defecan, esa materia fecal puede infectar el mordisco, además de dañar el corazón, al agrandarlo, además de lastimar el intestino grueso y el esófago.

En el país, el contagio ocurre principalmente por vector (insecto transmisor) y luego por transfusión sanguínea, de acuerdo con Paz María Salazar Schettino, jefa del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina (FM). 

A decir de la experta, en países como España, Francia o Inglaterra, los casos son por transfusión de sangre de personas que pasaron por lugares donde los vectores están presentes, ya que en Europa no hay.

Según datos de la OMS, esta enfermedad afecta a cerca de 7 a 8 millones de persona, especialmente en América Latina. Un millón de ellos, de acuerdo con la UNAM, han sido afectados en México.

El proceso detrás del biofungicida

El equipo de Salazar Schettino, en conjunto con investigadores del Laboratorio de Micología Básica de la FM, dirigidos por Concepción Toriello Nájera, y la Universidad Autónoma de Morelos, el equipo de Salazar Schettino, desarrollaron un fungicida biológico a base de una cepa del hongo Metarhizium anisopliae, el cual puede eliminar de 88 a 92 por ciento de M. pallidipennis, especie endémica de mayor abundancia y distribución en México.

En base a su experiencia, de más de 30 años en el estudio de hongos entomopatógenos para atacar plagas como la mosquita blanca y la mosca pinta, que afectan cultivos y pastizales, elaboraron dos tipos de formulaciones aplicadas cerca de viviendas en una comunidad de Jiutepec, en Morelos.

“Rociamos el fungicida biológico en formulación líquida cada tres semanas durante tres meses, en reservorios donde la chinche potencialmente puede reproducirse, como pilas de piedras, madera, almacenes, corrales u otros materiales acumulados en el exterior de las casas”, explicó Toriello Nájera.

¿Cómo funciona el biofungicida?

Cuando el hongo entra en contacto con el insecto se adhiere al cuerpo, y se reproduce hasta que la chinche muere, tras cuatro u ochos días. Ahí el hongo sale y permanece en el ambiente, con el potencial para continuar infectando.

Sin embargo, el hongo tiene la capacidad de eliminar al insecto transmisor en cualquiera de sus etapas: huevecillo, ninfa o adulto. Igualmente, el biofungicida es inocuo para el ser humano, otros organismos y para el ambiente, ya que son hongos que están en la naturaleza.

Para disminuir la infestación doméstica, los universitarios desarrollaron una formulación sólida de reciente aplicación. “La idea es que dentro de un recipiente se coloquen las esporas del hongo junto con una sustancia que atraiga a los vectores; así, cuando caminen dentro de la caja el hongo podrá adherirse a sus patas y dispersarse en el ambiente”, finalizó.


MJA

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