El equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) dirigido por el doctor Mariano Barbacid, en un proyecto cofinanciado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), dio a conocer que encontró una nueva estrategia terapéutica que permite la eliminación de cánceres ductales de páncreas en un modelo experimental desarrollado en ratones.
El método encontrado se basa en la eliminación simultánea de dos dianas moleculares, EGFR y c-RAF, que son mediadoras de las señales del oncogén KRAS, responsable de la iniciación de más del 95 por ciento de los tumores.
Barbacid explicó que el adenocarcinoma ductal de páncreas (ADP) es una de las formas más agresivas de cáncer y una de las que más se resiste a los tratamientos actuales, ya sean de medicina personalizada o de inmunoterapia.
Ahora mismo, la curación de los ADP se limita prácticamente a aquellos casos en los que el tumor está localizado y puede ser eliminado quirúrgicamente, lo que representa menos de un 10 por ciento de los pacientes. Detrás de estos casos, en un 95 por ciento está el KRAS.
"Pero no sabemos cómo atacarlo directamente", indicó. Así que los científicos buscaron otro camino, dos dianas con potencial terapéutico: el receptor del factor crecimiento epidérmico EGFR (en sus siglas en inglés) y la quinasa c-RAF.
Los expertos españoles modificaron genéticamente a los ratones. A los seis meses, habían desarrollado un cáncer de páncreas con las mismas mutaciones responsables de los tumores malignos de los humanos. Eran tumores humanos en miniatura. Entonces, comenzó el trabajo de eliminación de las dos dianas, EGFR y c-RAF.
Por separado, observaron que no había ningún efecto. Sin embargo, cuando se eliminaron ambas dianas simultáneamente se pudo comprobar que un porcentaje importante de tumores ADP de alto grado, no sólo dejaron de crecer, como suele suceder en la mayoría de los modelos experimentales, sino que en unas semanas desaparecieron completamente.
Este efecto terapéutico no había sido observado previamente en ningún modelo experimental de ADP vivo.
Sin embargo, y pese a estos descubrimientos, Barbacid adelantó que los pacientes que actualmente padecen este tumor no se van a poder beneficiar de este avance, ya que queda, como mínimo, unos cinco o diez años para que se puedan aplicar en la práctica clínica, dado que no existen inhibidores capaces de bloquear la actividad de c-RAF en este tipo de cáncer y, si existiesen, serían inaceptablemente tóxicos.
Señaló que en los próximos años van a estudiar qué otras mutaciones se producen en los ratones que no responden a la nueva estrategia terapéutica.
"Aunque estamos ante un descubrimiento importante, es importante dejar claro que en menos de cinco años, y siendo optimistas, no va a haber nada", dijo.
En España el cáncer de páncreas representa el 2.2 por ciento de todos los tipos de cáncer, con unos 4 mil casos, pero ya es el tercer cáncer que más mata, por detrás del de pulmón y de colon. El 95 por ciento de los pacientes no logra sobrevivir más de cinco años después del diagnóstico.