Científicos japoneses estudiarán las muestras de tierra traídas desde un asteroide distante para tratar de identificar la fuente de calor que alteró el cuerpo celeste, el cuál podría dar pistas acerca del origen del Sistema Solar y la formación de la vida en la Tierra.
Los científicos de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) dijeron que han examinado la muestra de 5,4 gramos de tierra que la nave Hayabuusa2 trajo en diciembre desde el asteroide Ryugu, a más de 300 millones de kilómetros de la Tierra.
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Unos tres gramos de gránulos negros de la superficie de Ryugu fueron recogidos por Hayabusa2 al descender sobre el asteroide en abril de 2019. Otros dos gramos de fragmentos más grandes, de hasta un centímetro, provienen de debajo de la superficie en un cráter abierto por Hayabusa2 al descender por segunda vez tres meses más tarde.
El análisis de espectrofotometría cuasi-infrarroja de los datos transmitidos por Hayabusa2 permitió determinar que el asteroide había recibido temperaturas extremadamente altas tanto en la superficie como por debajo, causadas posiblemente por una fuente interna de calor o colisiones planetarias en lugar del calor del sol.
¿Qué fue lo que calentó tanto al asteroide?
Kohei Kitazato, especialista en ciencia planetaria de la Universidad de Aizu que colabora con JAXA, dijo que su equipo halló indicios de calor superior a 300 grados Celsius tanto en la superficie como por debajo.
Dijo que la Tierra bajo la superficie no podía alcanzar semejante temperatura solo con el calor del Sol, lo que indica que calor interno o colisiones planetarias afectaron Ryugu cuando formaba parte de un cuerpo más grande hace miles de millones de años, lo que provocó la evaporación de su agua.
lnb