No, no nos referimos a la velocidad en que la Parca arriba con su guadaña a dar cuenta de alguien a quien le había llegado su hora de morir, sino del descubrimiento de dos biólogos de la Universidad de Stanford, que lograron calcular por primera vez la velocidad en que sucede la muerte celular: 30 micrómetros por minuto.
Los hallazgos fueron realizados por Xianrui Cheng y James Ferrell, y se reportaron en la revista Science. Enseguida, los detalles del estudio.
La apoptosis, muerte celular apoptótica o muerte celular programada es una vía de destrucción o muerte celular provocada por el mismo organismo, con el fin de controlar su desarrollo y crecimiento. Al estudiar la apoptosis en huevos de la rana africana Xenopus laevis, Cheng y Ferrell lograron calcular la velocidad a la que el 'impulso' de muerte de una célula viaja a través del citoplasma.
Dicha 'velocidad de la muerte' es de aproximadamente 30 micrómetros por minuto —un micrómetro es la millonésima parte de un metro, o bien, la milésima parte de un milímetro.
Esta muerte celular no es trágica ni violenta, de modo que la célula no 'explota' como dice la canción. En lugar de esto, la apoptosis es una especie de muerte o suicidio programado en el que la célula implosiona poco a poco y de manera ordenada, muchas veces empaquetando los restos para que sean retirados fácilmente por el organismo.
¿Cuándo sucede esto? Normalmente, debido a estímulos externos como infecciones y enfermedades, o estímulos internos como la edad: cuando la célula es muy vieja y al replicarse su ADN ha sufrido muchas mutaciones, ésta emite la orden de morir por el bien del funcionamiento del organismo al que pertenece.
En promedio, un ser humano pierde más de 50 mil millones de células al día y no sufre mayor perjuicio por ello. La utilidad del descubrimiento de los científicos es una mayor comprensión del proceso de muerte de una célula, ya que a veces las células 'se confunden' y mueren algunas que son útiles y permanecen otras que tienen daños profundos.
Así, el cálculo de la velocidad de la muerte celular podría abrir la puerta a una compresión más profunda —y, claro está, hacia una posible cura— de enfermedades como el cáncer o el mal de Alzheimer.
* Con información de The Guardian, Science y Gizmodo en español.
FM