Palpitaciones fuertes pese a estar en reposo, dolor de cabeza repentino y fatiga crónica sin aparente explicación. Incluso, mareos y vértigo que pueden llegar al desmayo. Esto es lo que comúnmente experimenta un paciente con fibrilación auricular, una enfermedad que provoca un ritmo anormal del corazón y es la principal causa de embolias e infartos cerebrales.
“La fibrilación auricular es un tipo de arritmia silenciosa, pero cuando causa síntomas incapacita a los pacientes para realizar sus actividades cotidianas. Por ellos, es clave recurrir a procedimientos que faciliten el flujo de la sangre y evitar trombos, que son los que provocan los eventos cerebrovasculares”, explica Julio César Sauza Sosa, cardiólogo con más de 10 años de experiencia profesional.
El riesgo de padecer esta enfermedad cardiaca aumenta con la edad. La mayor parte de los pacientes, de acuerdo con el especialista egresado de la Universidad La Salle, supera los 65 años. Además, el riesgo de sufrirla incrementa cuando las personas tienen obesidad, presión arterial alta, diabetes mellitus o consumen alcohol.
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En México, aproximadamente 2.5 millones de personas padecen fibrilación auricular; se estima que en los próximos 50 años este número se duplique, debido al envejecimiento de la población, comparte Julio César Sauza Sosa.
“Es una enfermedad que puede tratarse, pero es importante un diagnóstico a tiempo, ya que una detección temprana y oportuna puede salvar vidas. Y, claro, acudir con especialistas es sumamente relevante, son los únicos capaces de detectar cualquier anormalidad en el ritmo cardiaco”, recomienda el profesional que ha trabajado en diversas instituciones de prestigio como el The American British Cowdray Medical Center (Centro Médico ABC), Médica Sur y Hospitales MAC.
Cierre de la Orejuela Izquierda, la solución
Uno de los procedimientos médicos que presenta una tasa de éxito mayor al 98.8 % en los pacientes de fibrilación auricular es el Cierre de la Orejuela Izquierda. El cardiólogo Sauza Sosa, quien junto a su heart team ha realizado esta intervención quirúrgica en los últimos siete años, refiere que es un recurso recomendable únicamente para personas con ciertas características.
“Para saber si un paciente es candidato, es importante realizar previamente una valoración clínica”, advierte el especialista. “Aquellos con un riesgo de sangrado elevado, que tienen contraindicación a los anticoagulantes orales, enfermedad renal y antecedente de eventos vasculares cerebrales son los candidatos ideales”.
La intervención quirúrgica es un procedimiento sencillo, siempre y cuando sea realizado por un equipo de especialistas, que afortunadamente cada vez hay más en México. Consiste en sellar completamente la orejuela de la aurícula izquierda del corazón, que si bien no cumple con una actividad específica en el cuerpo humano, pero se le ha atribuido la función del manejo de la presión, es donde se forman 90 % de los trombos en los pacientes de fibrilación auricular.
Julio César Sauza Sosa detalla que este cierre se logra por medio de la inserción de un catéter a través de la ingle, el cual sube hasta el corazón y llega a las cavidades del lado derecho. Posteriormente se realiza una punción transeptal, procedimiento que permite acceder a la orejuela izquierda. Una vez ahí, el especialista coloca el dispositivo para sellarla completamente. Y, tras una serie de pruebas para asegurar que está cubierta, retira el catéter.
“Después de unos meses, el dispositivo se llena de células y se queda como parte del cuerpo (...) Prácticamente es como ponerle un corcho a la orejuela, con esto evitamos la formación de trombos, que son la causa de los eventos vasculares cerebrales”, añade el cardiólogo. Además, señala que en México se realizan alrededor de 100 procedimientos similares, siempre con la finalidad de brindarle una mejor calidad de vida a las personas mayores de 65 años.