A pesar de la reiterada prohibición de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), empresas tabacaleras promocionan en redes sociales y páginas de internet el uso y venta de Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina, nombre científico para los cigarros electrónicos, e-cigs o vaporizadores.
En un correo electrónico en poder de MILENIO, la empresa Philip Morris promociona una campaña denominada “futuro sin humo”, en la que se establece que “si el humo se calienta en lugar de quemarse, no hay humo” y que calentar el tabaco “reduce la exposición a los químicos dañinos hasta un 95%”, sin ofrecer más detalles o vínculos a las investigaciones científicas que den sustento a tales aseveraciones.
Después, sólo se agrega la frase: “Es posible seguir disfrutando del tabaco, pero ahora sin quemarlo”, para luego solicitar datos personales con la promesa de envío de información referente a este método de consumo.
En el caso de British American Tobacco, desde mediados de este año, lanzó un producto en México que promociona a través de redes sociales, en varios puntos de venta distribuidos en distintas ciudades del país y una tienda en línea.
De acuerdo a la información publicada en su página de Facebook, el dispositivo corresponde a la categoría de “Vaporizador” y fue diseñado por la empresa en Gran Bretaña y elaborado en China.
“Contienen nicotina, una sustancia muy adictiva y están diseñados exclusivamente para adultos consumidores de dicha sustancia. No son adecuados para personas menores de 18 años, personas alérgicas y/o sensibles a la nicotina, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, personas que deberían evitar el tabaco o productos con nicotina por razones médicas”, se lee en la descripción de la empresa.
La comercialización de cigarrillos electrónicos está vetada por la fracción VI del artículo 16 de la Ley General para el Control del Tabaco la cual prohíbe comercializar, vender, distribuir, exhibir, promocionar o producir cualquier objeto que no sea un producto del tabaco, que contenga alguno de los elementos de la marca o cualquier tipo de diseño o señal auditiva que lo identifique con productos del tabaco.
Estos productos no cuentan con registro sanitario como medicamentos o dispositivos médicos, por lo que ni su contenido ni sus propiedades de tratamiento para supuestamente dejar de fumar han sido comprobadas ante la COFEPRIS, se explica en un artículo publicado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).