Aunque todos comemos, no quiere decir que realmente sepamos que es lo que servimos en el plato. “La tortilla y el pan engordan”, “Es mejor evitar las salsas” o “Los veganos y vegetarianos no obtiene suficiente proteína” son ejemplo de como hay algunas mentiras sumamente normalizadas a la hora de elegir la comida.
Así, a la falta de tiempo y espacio, se suman los mitos que existen alrededor de los alimentos, lo que nutre la tendencia de adoptar malos hábitos e incentiva las cifras de enfermedades degenerativas. Para aclarar las cosas MILENIO consultó a tres expertas.
Mito 1: Los detox para limpiar el cuerpo
“Los mitos sobre la nutrición son infinitos, y tienen mucho que ver con la desinformación proveniente de las redes, como por ejemplo, se habla de los famosos “detox” o desintoxicaciones que aseguran ajustar el metabolismo de formas específicas”, comparte la Dra. Diana T. Castañares Bolaños, especialista en Medicina Interna y Nutrición Clínica.
Tanto fuera como dentro del internet abundan los productos, dietas, alimentos y suplementos destinados a la “depuración” del cuerpo, quienes los ofrecen prometen múltiples beneficios: más energía, mejor digestión, menos inflamación, pero sobre todo, pérdida de peso.
Sin embargo, lo cierto es que no hay evidencia científica que avale sus beneficios, por el contrario, en muchos casos, incluso podrían resultar perjudiciales para la salud, como agrega la Dra. Isabel Martínez del Ríos Requejo, Especialista en nutrición Clínica y terapia nutricional.
“Uno de los mitos más comunes es que si te tomas jugos "detox" vas a limpiar tu cuerpo, esto es totalmente falso. De hecho, la mayoría de los jugos son ricos en azúcar y muchas veces pierden propiedades, como la fibra o vitaminas que provienen tanto de la verdura como de la fruta”, compartió.
La mejor llave para que el cuerpo deseche las toxinas está en el cuidado del hígado, los riñones y otros órganos que se encargan de hacer esta labor de manera natural.
Mito 2: Todo está en la proteína animal
Unas de las críticas constantes que reciben las personas que deciden llevar una alimentación basada en plantas es acerca de la supuesta falta de proteínas y riesgo de desnutrición.
Sin embargo, hoy en día existen diversos estudios serios y confiables que demuestran que se pueden obtener todos los nutrientes necesarios sin necesidad de productos de origen animal.
“Una alimentación a base de plantas es apta y segura para cualquier etapa de la vida y momento de la vida, sea embarazo, niñez, adultez o vejez. Incluso es viable para los atletas”, compartió la nutrióloga y madre vegana Daniela Ortiz, quien lleva más de 10 años siguiendo este estilo de vida.
La desinformación no solo afecta a quienes deciden excluir a los animales de sus platillos, sino también a quienes los favorecen.
“Hay muchos mitos sobre dar preponderancia a la proteína animal, cuando esta también incluye altas cantidades de grasa saturadas. Su consumo en exceso anula el consumo de antioxidantes y prebióticos contenidos en frutas y legumbres”, alerta la Dra. Diana.
Mito 3: Hay que sacar a los carbohidratos, las tortillas y el pan de la dieta
Si algo ha dejado la cultura de la extrema delgadez es la satanización de los carbohidratos. Las dietas restrictivas no sólo afectan la relación que las personas tienen con la comida, sino que además limitan los nutrientes que recibe el cuerpo y la lista de productos que se incluyen en el menú. De hecho, más de una persona opta por dejar de comer pan o tortillas cuando desea bajar de peso.
Y sí, es cierto que estos dos alimentos son las fuentes más comunes de carbohidratos en la dieta del país, como detalla la Dra. Castañares Bolaños. Sin embargo, su consumo no es nocivo.
La tortilla de maíz es rica en fibra, calcio y brinda energía. El pan integral por su parte es una fuente de proteínas, vitaminas y minerales. Tomar las porciones adecuadas puede ser un gran acompañamiento. No es que los carbohidratos sean malos, de hecho los necesitamos, la clave es conocer la calidad y la cantidad de cada uno de ellos.
“Se recomiendan porciones diferentes a cada persona por sus actividades, horarios, complexiones, etapas de desarrollo o condiciones de salud”, aclaran las especialistas.
En este sentido, es necesario contemplar su procedencia, no es lo mismo un pan integral casero a uno ultraprocesado y con aditivos.
Mito 4. Comer picante es malo
Las salsas y el picante son condimentos valiosos culturalmente, como asegura la Dra. Diana.
“Siempre he dicho que una salsa bien preparada es una "ensalada líquida", con vegetales y condimentos muy ricos en antioxidantes y con fitonutrientes fundamentales para la salud”.
Los chiles contienen capsaicinoides que ayudan a combatir la inflamación y parecen mejorar el metabolismo en pequeñas cantidades, lo cual indica que el sabor extra en los platillos puede ser beneficioso en múltiples niveles.
El problema llega al consumir salsas demasiado irritantes o industrializadas (como las famosas salsas botaneras), especialmente cuando las personas tienen un estómago sensible.
“Si nosotros consumimos mucho chile o mucho picante o alimentos que son muy condimentados eso va a hacer que tengamos mayor irritación, sobre todo si tenemos un problema como reflujo, colitis, gastritis, enfermedad inflamatoria intestinal, etcétera”, agrega Martínez del Río.
Mito 5. Las personas con diabetes no deben comer fruta
Uno de los pilares del tratamiento para la diabetes es la alimentación. En general, quienes padecen esta enfermedad deben ser siempre cautelosos con su consumo de carbohidratos, que es el principal elemento calórico de las frutas (proveniente de los azúcares naturales que contienen). Sin embargo, esto no quiere decir que las tengan que excluir de su dieta.
“Las frutas son muy ricas en carbohidratos, pero también son muy ricas en fitonutrientes”, detalla Castañares Bolaños.
¿Qué es lo que tienen que hacer? Cuidar la porción y preferir frutas enteras que contengan fibra (concentrada principalmente en la cáscara). Otro consejo a tomar en cuenta es combinarlas con alimentos ricos en fibra o con proteína para que la absorción de la fructosa sea un poco más lenta, pues esto evita los picos de glucosa y por ende un pico de insulina.
A la par, a las personas que viven con diabetes también se les recomiendan opciones con un índice glucémico más bajo, como por ejemplo, los frutos secos (pasitas, ciruelas pasas, etc). Sin embargo, al final del día todo dependerá de los requerimientos de cada paciente.
En este caso, lo que definitivamente es mejor evitar son los jugos, ya que su modo de preparación reduce la cantidad de fibra y oxida muchas de las vitaminas que aportan.
¿Hay o no alimentos malos?
Este 2025 la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA por sus siglas en inglés) lanzó un artículo en el que reafirma lo que la mayoría ha escuchado: los alimentos ultraprocesados pueden tener terribles consecuencias para la salud.
Sin embargo, a diferencia de otras ocasiones, la institución aseguró que “no todos son perjudiciales” y que incluso algunos podrían incluirse dentro de una dieta saludable.
El reporte aún está en debate entre los especialistas. Lo que es seguro es que tanto Isabel como Diana concuerdan en que es mejor evitarlos.
“Son alimentos que deberíamos considerar malos para cualquier persona. De hecho pronto existirá una nueva etiqueta que dirá “no apto para consumo humano”, por contener demasiados productos tóxicos, cancerígenos, disruptores hormonales, entre otros”, asegura Castañares.
Es cierto que apenas en julio de 2025 el gobierno de Texas, Estados Unidos promulgó medidas de advertencia en productos alimenticios para 44 ingredientes químicos.
“ADVERTENCIA: Este producto contiene un ingrediente que no se recomienda para el consumo humano por la autoridad competente en Australia, Canadá, la Unión Europea o el Reino Unido", señalará la etiqueta como parte del Proyecto de Ley del Senado 25 (SB 25). Aunque se trata de una medida local, podría ser un referente para otras regiones del mundo.
Por ahora México ya cuenta con alertas sobre exceso de sodio, azucares, o grasas saturadas. Dentro de la lista de alimentos que es mejor limitar se encuentran las frituras empaquetadas, chocolates confitados, caramelos y bebidas cargadas de colorantes y saborizantes. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya clasifica a los embutidos como las salchichas, jamón y salami como cancerígenos. Algunos estudios han encontrado que comer a diario carne procesada incrementa el riesgo de cáncer colorrectal hasta en un 18%.
“Las bebidas alcohólicas no son un alimento en sí, pero es importante recordar que aún en su consumo ligero o moderado son altamente nocivas para la salud, no sólo por su forma de intoxicar a las personas, sino porque predisponen a la aparición de cáncer en diversos órganos y afectan el desarrollo y la regeneración del sistema nervioso”, concluye la doctora Diana.
LHM