Durante los últimos años, se ha tenido un cambio en la perspectiva desde la cual se aborda el tema de la adicción a las drogas, pasando de una criminalización inmediata, a ser motivo de un análisis sobre las causas que llevan a la persona a caer en esta situación, y la forma en que puede ayudársele a salir adelante.
Esta forma de ver la problemática de la adicción a una sustancia ilegal, es parte de políticas públicas que parten del entendimiento de que se trata de un problema emocional de la persona y que como tal, requiere un tratamiento que puede ayudar a superar esta dependencia y la causa que la motivó.
Roberto Bernal, secretario de Salud en Coahuila, afirma que adicciones y salud mental son patologías que deben ser tratadas de una forma conjunta, al señalar que no puede solucionarse la dependencia a la sustancia o la necesidad del consumo, sin resolver el problema emocional que orilla a la persona a buscar las drogas.
El funcionario estatal señaló durante una de las reuniones del subcomité covid-19 en La Laguna, realizada el día 10 de julio de este año que, “el abuso de drogas es un problema multifactorial complejo, el cual se encuentra caracterizado por una naturaleza crónica y recurrente que se puede prevenir y se puede tratar”. Señaló que, “no es el resultado de un fracaso moral o un comportamiento criminal”.
Grupo de apoyo en empresas
Al ser una problemática que se da en forma generalizada, una de las áreas donde se empiezan a aplicar estas nuevas perspectivas es en el sector laboral, donde ya se tiene reporte de algunas empresas que crean grupos de apoyo para dar seguimiento a trabajadores que presentan algún tipo de adicción, según lo dio a conocer Víctor Carral Gil, integrante del Comité de Seguridad y Salud de la Asociación de Recursos Humanos de Coahuila Sureste.
Aunque se trata de una minoría, señaló que también existen algunas empresas que ante la problemática de falta de mano de obra en la región, han optado por no realizar estas pruebas de adicciones en el proceso de contratación, lo que les incrementa el número de personas que ingresan a trabajar, en comparación con aquellas fábricas en las que las pruebas antidoping son un requisito al ingreso.
“Ahorita estamos viendo una vertiente bastante interesante, porque hay empresas que por la misma rotación de la región, han dejado de hacer algunos exámenes médicos de admisión y otra cosa es que hay empresas que están estableciendo nuevos criterios de países más desarrollados en los que la tendencia ahora es, ‘lo contrato, pero lo meto a un grupo control’, en el cual se les proporciona orientación y ayuda para llevar el control de estas adicciones”.
Víctor Carral Gil, que también es parte de la Federación Nacional de Seguridad, Salud e Higiene en el Trabajo, donde actualmente es el tesorero, señaló que aunque en Coahuila se presenta un incremento en las cifras de consumo en relación a años anteriores, la entidad presenta una tendencia baja en temas de consumo de drogas por parte de trabajadores, en comparación a estados vecinos como Nuevo León o Zacatecas.
Señaló que las estadísticas que se obtienen en la Asociación de Recursos Humanos de Coahuila Sureste, provienen de una colaboración con la empresa que realiza las pruebas médicas, las cuales les han mostrado que tras el paso de la pandemia, se ha duplicado el número de detecciones en procesos de contratación.
“Nos damos cuenta a través de los exámenes médicos de admisión y los casos que llegamos a detectar positivos, en esos promedios yo te pudiera decir que más o menos estamos detectando como positivos a un cuatro por ciento al mes, si hemos visto un despunte leve comparado pre pandemia”.
En este mismo sentido, señaló que estos resultados muestran que antes de la pandemia, los promedios de positividad no solamente se mantenían en uno o dos por ciento, sino que también se ha encontrado que quienes mayormente obtienen resultados positivos en estas pruebas son los trabajadores jóvenes que recién se integran al mercado laboral, o aquellos que recién empiezan a trabajar en la industria.
El integrante del Comité de Seguridad y Salud en la Asociación de Recursos Humanos de Coahuila Sureste, afirmó que también se ha detectado en los últimos años un cambio en la forma en la que las empresas abordan los casos de adicción de los trabajadores que forman parte de su plantilla laboral, ya que anteriormente, se daban de baja inmediatamente.
“Al hablar de una adicción, estamos hablando de una enfermedad, lógicamente si hablamos de una enfermedad y yo procedo de manera rápida, sin haber hecho un análisis del caso, con una baja puedo caer en un tema de discriminación, por eso hay que tener muchos candados legales antes de poder tomar alguna acción”.
Añadió que la realización de estas pruebas, no significa que el trabajador haya consumido la droga en el centro laboral o se encuentre bajo los efectos de la misma al momento de realizar sus actividades dentro de la empresa.
Representan riesgos
El representante de Arhcos, afirma que cuando las personas presentan síntomas de algún comportamiento que pueda tener una relación con el consumo de una droga, puede representar un riesgo para su propia seguridad, la de sus compañeros, y el entorno dentro de la empresa, por lo que se tiene que analizar la forma en la que se atenderán estos casos.
“Una persona que está presentando síntomas, que tiene datos clínicos, médicos, que está bajo los efectos de una droga, representa un riesgo para todos, para sí mismo, para sus compañeros, para su entorno y para la empresa, por eso debemos analizar qué acciones vamos a tomar en este tipo de situaciones”.
Con la finalidad de compartir experiencias sobre temas de seguridad industrial y manejo de situaciones de riesgo, en Ramos Arizpe se tiene un Comité Local de Ayuda Mutua, en el que se encuentran representantes de los departamentos de seguridad y medio ambiente de empresas de la zona industrial.
José Antonio González, delegado del Comité Local de Ayuda Mutua (CLAM) de Ramos Arizpe, afirmó que ninguna empresa se encuentra exenta de poder enfrentar una situación de adicciones con alguno de sus trabajadores, por lo que se cuentan con protocolos de prevención y atención. Añadió que tras la implementación de cambios en la normativa laboral, existe un reconocimiento de que adicciones al alcohol, drogas, o estrés, tienen una incidencia en el rendimiento del trabajador, por lo que la empresa está obligada a dar acompañamiento para que puedan superar estos problemas.
“Los atienden a través de los departamentos de psicología, lo mismo sucede con problemas de estrés, por este tipo de situaciones, se tuvieron que incorporar a la industria los departamentos psicológicos, porque se reconoce que este tipo de problemas, inciden en la productividad, y en los problemas laborales”.
El representante del comité de seguridad y salud de Arhcos, Víctor Carral, coincidió con lo anterior, al señalar que estas acciones de apoyo de la empresa hacia los trabajadores parten del reconocimiento de que la adicción es un problema de salud y que parte de una situación emocional que puede ser tratada.
“La vida de los trabajadores es un reto diario, las jornadas que trabajan son de ocho, 10 y 12 horas, a veces horas extras, más dos horas de trayecto para llegar a la planta y otras dos horas a su casa, situaciones económicas y familiares, hay que analizar bien el entorno de los trabajadores y ver la causa de la adicción, eso es hacia donde intentamos migrar como profesionales de la salud ocupacional”.
Sirehem Guadalupe Pinales, directora del área de trabajo social en la delegación en Coahuila del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), afirmó que el tratamiento que se da a los trabajadores es en coordinación con el Centro de Integración Juvenil de Saltillo, con el que se tiene un convenio.
Detalló que esta atención en un centro de tratamiento de adicciones, no representa un gasto mayor, ya que el costo es absorbido por el Instituto Mexicano del Seguro Social, al igual que cualquier medicamento recetado por un psiquiatra.
“Pueden tramitarse incapacidades para poder cubrir en su empresa esa ausencia. Aquí es importante la intervención de trabajo social, ya que ahí realizan el monitoreo de manera directa en el Centro de Integración Juvenil para poder checar con el personal directivo de la institución, que el paciente continúa en su rehabilitación y poder seguir generando las incapacidades”.
Agregó que mensualmente se reciben cerca de 5 casos de trabajadores que acuden buscando una atención para el tratamiento de adicciones, sin embargo, son pocos los que son canalizados para llevar un tratamiento a puerta cerrada. Señaló que el principal objetivo es brindar al trabajador o derechohabiente, el apoyo para superar estos problemas de adicción, lo que también requiere la colaboración de la familia, ya que esta dependencia tiene una relación con situaciones de la vida diaria y se busca una solución desde la raíz.
EGO