¿Cómo influye el orden de nacimiento en la personalidad?

Te explicamos cómo el orden en que naciste determina en la relación con tus hermanos y tu forma de ser.

El orden de nacimiento hace que los hermanos sean diferentes. (Shutterstock)
Emily Paulín
Ciudad de México /

Tal vez has escuchado que por ser el hermano mayor tienes características diferentes a tus demás hermanos. Podrías ser más sobreprotector, o si eres el de en medio más distante con la familia, mientras que si eres el más chico podrías ser más rebelde. ¿Por qué, si te educaron los mismos padres? Todo se debe a tu orden de nacimiento, y cómo determina éste tu forma de ser.

En entrevista para MILENIO, el psicoterapeuta Rodrigo Carabaza afirmó que el orden de nacimiento tiene una relación directa con la formación de la personalidad.

De acuerdo con Rodrigo Carabaza, si la personalidad se entiende como una mezcla del temperamento y carácter, el temperamento es la parte genética que los hermanos comparten.

Donde vendría la diferencia es justamente en el carácter. Es lo que va a hacer diferente a cada uno de los hermanos”, compartió el especialista egresado de la Universidad Anáhuac.

​La personalidad que tendrá el hermano mayor o primogénito

Los hermanos mayores se vuelven personas muy protectoras, de acuerdo con Carabaza, ya que “en algún momento tienen a su cargo el cuidado de los hermanos”.

Entre las características de los primogénitos, indicó que, por lo general, presentan un coeficiente intelectual más alto, por lo que tienen la capacidad de lograr lo que ellos se proponen.

“Se exigen demasiado, porque aquí estaríamos hablando de una parte totalmente social, en que las expectativas que tienen los padres hacia ellos son mayores, y pueden tener poca tolerancia a la frustración”.

La autosuficiencia que construirá el hermano de en medio

El hermano de en medio suele ser más independiente al núcleo familiar, por lo que genera un vínculo más fuerte con el entorno social que se rodea. Así, tienen una mayor capacidad para poder sobresalir.

“Podrían ser personas que tienen una demanda de atención afectiva muy alta, al no desarrollar desde niños esa contención emocional por parte de la familia y generalmente pueden ser personas demandantes emocionalmente. A veces pueden ser poco tolerantes y más rebeldes, al querer que sus reglas sean las que se sigan”.

El hermano menor y su confianza

Los hermanos más pequeños son personas muy cariñosas y sociables, afirmó el psicoterapeuta, aunque también podrían presentar poca tolerancia hacia la frustración y se les complicaría seguir las reglas.

“Es el más chiquito o la más chiquita, al que se tiene que proteger”, recordó sobre cómo esta protección hace que las características del hermano menor sean totalmente diferentes a los demás.

La actitud de la familia, de “darles todo” sin que se preocuparan, los convierte en más independientes y seguros.

“Desde un principio nunca tuvieron límites, entonces ésta es la manera en que ellos pueden reaccionar creyendo que todo puede ser su entorno familiar. Pueden ser personas muy extrovertidas”, añadió.

La competencia como factor que influye en la identidad

La rivalidad influirá en cómo se relacionarán los hermanos mayores, porque cuando nacieron en algún momento ellos tenían “asegurado” el cariño de sus padres.

En el momento en el que llega un hijo más, sienten que pueden perder este amor o esta seguridad de los padres, y por eso se hace una competencia directa con el hermano que acaba de nacer, para tener el mismo cariño que en algún momento tenía cuando era hijo único”.

Sobre cómo se relaciona el hijo más pequeño con la competencia, Carabaza aseguró que la rivalidad ya no aparece tanto. Al tener más hijos, llega un punto donde los padres se relajan en la formación de los niños.

“La angustia ya es diferente en el momento de educación y crianza. Entonces ya son niños mucho más libres y mucho más liberados, que ya no necesitan tener competencia con los hermanos digamos ascendentes”.

¿El orden de nacimiento como causa de traumas psicológicos?

Si se habla de la búsqueda de cariño y comprensión, se pueden desarrollar traumas psicológicos a futuro, ya que los niños perciben cuando los padres le ponen más atención a un hijo.

“En el momento que llega otro hermano, al primogénito que era el hijo único, le cambia la vida. Y sí puede sufrir un cambio psicológico muy fuerte y de personalidad, al ya no sentirse el centro de atención de la familia”, aseguró.

Por lo que recomendó no hacer ninguna distinción entre unos u otros. Educar a los hijos por igual: con las mismas reglas, límites, exigencias y valores morales que se implementen tanto para el primogénito, el de en medio o para el menor.

“La educación está en los padres y también dentro de esta educación está el cariño, la atención y la parte afectiva, que es justamente lo que deben darles a cada uno de sus hijos”, concluyó.

epc

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