Cuando una joven se enfrenta al dilema de abandonar la posibilidad de ser madre porque deberá someterse a un tratamiento por cáncer de mama, sensibiliza a distintos grupos de personas y surgen alianzas que contribuyen de manera altruista para preservar su fertilidad.
El Instituto Nacional de Cancerología (Incan) se solidariza con estas mujeres y desde 2012 brinda apoyo para la preservación de la fertilidad como parte de sus acciones de Responsabilidad Social. Suma aliados en la medicina pública con el Instituto Nacional de Perinatología, y con IVI México Clínica de Reproducción Asistida en la medicina privada.
“Sabemos que cuando hablamos de cáncer de mama en México, 50 por ciento de las mujeres tiene menos de 50 años y de ese porcentaje hasta 17 por ciento es menor de 40 años. Por ello, es importante preservar el funcionamiento ovárico (fertilidad) en este grupo de mujeres ante un eventual tratamiento de radio o quimioterapia, de tal suerte que desde hace varios años tenemos el que hasta hoy es el único programa en el país con alianzas público-privadas para mujeres jóvenes en el instituto”, detalló el doctor Juan Enrique Bargalló Rocha, jefe del Departamento de Tumores Mamarios del Incan.
“La prioridad en el programa de mujeres jóvenes es conocer cuáles son las necesidades del paciente en cuanto a la maternidad. Después necesitamos saber a detalle las condiciones biológicas para individualizar cada caso con precisión y revisar a profundidad el cúmulo de variables que juegan un papel importante en la toma de decisiones, apoyados en el equipo multidisciplinario, para así determinar la viabilidad en la preservación de óvulos o embriones, según el caso”, aseguró.
“Joven y Fuerte es un programa para pacientes con cáncer de mama menores a 40 años que surgió en el Incan en 2012. Actualmente, contamos con 518 pacientes: 280 en CdMx y el resto en Chihuahua, León, Monterrey, Tijuana, Toluca, y Querétaro. El programa está basado en tres pilares. El primero: atención integral a las pacientes, que incluye aspectos relacionados a su juventud, asesoramiento genético, apoyo psicológico, social e imagen corporal. El segundo se basa en protocolos de investigación en los que aplicamos cuestionarios y pruebas sobre sexualidad y calidad de vida a lo largo de este proceso. El tercero es la promoción educativa; se imparten talleres y actividades recreativas para la paciente y sus familiares”, dijo Alejandra Platas de la Mora, psicooncóloga encargada del Programa de Mujeres Jóvenes con Cáncer de Mama del Incan.
“Las acciones que realizamos consisten en empoderar a la paciente ante los posibles cambios que sufra su capacidad reproductiva durante el tratamiento y ofrecer la oportunidad de preservar gratuitamente sus óvulos. Hay 25 mujeres que han decidido hacer este proceso. Contamos con la información detallada en www.jovenyfuerte.com.mx”, aclaró Platas de la Mora.
La experiencia médica apoyada en la tecnología de punta logra alcances que ya son posibles. Es el caso de la clínica de reproducción asistida IVI México, que desde 2014 se sumó a la iniciativa del Incan para la preservación de la fertilidad.
“Como grupo de reproducción asistida hemos establecido con el Incan una alianza para favorecer —con vitrificación previa al tratamiento oncológico— a las mujeres que presentan una neoplasia maligna en la mama y que serán sometidas a un tratamiento oncológico a fin de preservar sus óvulos cuando son solteras o embriones cuando tienen una pareja estable”, aseguró el doctor Abraham Martínez, director médico de IVI México, quien además explicó: ”Cuando en el Incan nos avisan que cuentan con una paciente que a consideración de los oncólogos tiene luz verde para preservar, de inmediato la apoyamos con los estudios necesarios, así como con la experiencia y la tecnología de nuestro centro para conservar sus óvulos intactos”.
“Tenemos claro que parte de nuestra responsabilidad civil es contribuir apoyando a quienes más lo necesitan y, en ese sentido, quienes aquí trabajamos contribuimos de forma altruista donando nuestra experiencia y poniendo a disposición nuestra tecnología para que más mujeres puedan acceder al Programa de Vitrificación de óvulos por motivos oncológicos, con la intención de favorecer la fertilidad de células que mañana, al ser expuestas a un espermatozoide, puedan dar origen a un humano sin que tengan que derogar un gasto importante”, aseguró el biólogo de la reproducción Abraham Martínez.
“Nuestra filial en España lleva más de cinco años con este tipo de procedimientos y hemos aprendido que al exponer a los gametos (óvulos) a tratamientos que no son selectivos y que atacan células (buenas y malas) las consecuencias, al no congelar, son importantes. Por ello, ambas instituciones cuidan a cada paciente a través de sus equipos multidisciplinarios”, concluyó.
TESTIMONIO
“Soy Yadira Elizabeth y me detectaron cáncer de mama a los 30 años. Ahora estoy en una etapa que los doctores llaman libre de enfermedad. El mal ya no está. Cuando me lo detectaron aún era muy joven, así que en el Incan me notificaron que era candidata a la preservación de fertilidad al congelar mis óvulos, con lo que podría garantizar mi deseo de ser madre y, lo mejor de todo, sin gastar dinero durante el proceso. Tanto los oncólogos del Incan como los biólogos de la reproducción de IVI México están unidos para apoyar a mujeres como yo. Estoy recién casada y segura de que muy pronto se cumplirá mi deseo de ser mamá”.