La directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla Roces, afirmó que las tortillas frescas, artesanales, elaboradas con maíz nativo tienen propiedades nutricionales superiores a las tortillas industrializadas elaboradas con maíz blanco transgénico y con glifosato (agrotóxico) que producen daños a la salud como obesidad, diabetes, incluso, hasta cáncer.
Precisó que con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) en 1994, México dejo de ser una nación autosuficiente y soberana en su alimentación y se sustituyó el maíz nativo por la importación de varias toneladas de maíz transgénico, altamente tóxicos y carentes de propiedades nutricionales, dijo.
¿Qué es el glifosato?
Es un herbicida que ayuda a matar malezas anuales de hoja ancha y pastos que compiten con los cultivos. Un químico de la agroquímica Monsanto, John E. Franz, descubrió que era un herbicida en 1970 y la compañía lo lanzó al mercado para uso agrícola en 1974.En 2015, la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificaron al glifosato como un elemento 'probablemente cancerígeno en humanos'
De acuerdo con un estudio reciente comparativo, las tortillas elaboradas con maíz nativo tienen más proteínas, fibras, ácidos grasos, antioxidantes que juegan un papel importante en la prevención de enfermedades crónicas y degenerativas. Además, las tortillas con maíz nativo tienen menor contenido de almidones que causan obesidad y propician diabetes.
Los estudios comparativos demostraron que las tortillas industrializadas contienen 90.4 por ciento de transgénicos y un 27.7 por ciento de grifosato que, la Organización Mundial de la Salud (OMS), identificó como un agente tóxico, nocivo con potenciales cancerígenos.
Este tipo de productos industrializados tiene compuestos químicos y agrotóxicos que afectan el medio ambiente y la salud humana. Se asocian 200 mil muertes al año entre trabajadores agrícolas por intoxicación por contacto con agua de plaguicidas en países desarrollados.
“Es necesario crear una política científica transformadora basada en 10 programas estratégicos, entre ellos, de soberanía alimentaria, creando redes de producción campesina de alimentos sanos de especialidad", dijo la titular del Conacyt.
“Disminuyendo la fabricación promoción y consumo de alimentos ultra procesados; impulsando la producción comercial de alimentos sanos entre la población de bajos ingresos y eliminando el uso de agroquímicos nocivos como el glifosato”, aseguró.
dmr