Cuando algo ocasiona irritación en la mucosa y el párpado del ojo, éstos se inflaman y el ojo se enrojece. Polen, ácaros del polvo, hongos, cosméticos o el uso de algunos medicamentos pueden desencadenar una respuesta inflamatoria que activa la producción de histamina e igE que son las responsables de los signos típicos de la conjuntivitis alérgica.
Si sientes ardor y tienes uno o ambos ojos enrojecidos, evita frotarlos, pues podrías aumentar la intensidad de los síntomas. Lava tus ojos con soluciones salinas estériles y usa compresas frías, y en cuanto puedas, acude al oftalmólogo para que te revise y el problema no crezca. Es posible que requieras algún medicamento en gotas, especialmente si se infecta.
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Para que la conjuntivitis alérgica no te ataque te recomendamos mantener limpia tu casa. Pasa la aspiradora con frecuencia, evita alfombras, cortinas y muñecos de peluche; si tienes mascotas, cuida su higiene y cepíllalas regularmente.
Se calcula que este tipo de conjuntivitis afecta a un 25 por ciento de la población en general y puede presentarse sola o en compañía de rinitis alérgica, bronquitis asmática o eccema.
RL