El uso excesivo de alcohol se relaciona con una mayor probabilidad de presentar en algún momento de la vida alguna enfermedad de transmisión sexual e incluso VIH, ya que se pueden adoptar comportamientos de mayor riesgo, como relaciones sexuales sin protección o compartir jeringas para administrarse algunas drogas inyectadas.
La Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) detalló en su artículo “El consumo de alcohol y el VIH/sida”, que el consumo excesivo incrementa la probabilidad tanto de transmitir como contraer el VIH, así como otras enfermedades, que pueden repercutir negativamente en su salud y calidad de vida, toda vez que se vincula a comportamientos sexuales riesgosos, además que entre las personas con VIH puede perjudicar el resultado de su tratamiento.
Además, indica que el alcohol podría afectar negativamente a la función inmunológica en personas con VIH, a través de varios mecanismos, entre los que se incluye el aumento de la replicación del VIH en las células inmunes.
Del mismo modo señala que existe evidencia que, si el consumo de alcohol se incrementa después del diagnóstico de VIH y permanece alto, podría afectar de forma moderada a la progresión de la enfermedad.
La Conadic precisa que el alcohol produce desinhibición conductual y pérdida de juicio, lo que puede llevar a tener relaciones sexuales sin protección, afecta el sistema inmune y puede empeorar la respuesta inmune a otras enfermedades, interfiere con la adherencia al tratamiento (retrovirales), es decir, provoca que la persona no tome sus medicinas, lo que ocasiona un aumento en la carga viral, y con esto, una progresión más rápida al sida.
Este artículo también señala que en personas con un nivel de alcohol en sangre de 49 gramos de alcohol puro en mujeres y de 61 gramos en hombres, se tiene un riesgo 54 por ciento mayor de considerar tener sexo sin condón, comparado con personas que no bebieron alcohol.
Un análisis de 26 estudios, precisa el documento, encontró que el consumo de alcohol aumenta la intención de participar en relaciones sexuales sin protección, también se ha documentado que las intervenciones para reducir el consumo de alcohol son efectivas para disminuir la incidencia de VIH.
Indica que diversos estudios realizados en África Sub-Sahariana encontraron que las intervenciones orientadas a reducir las conductas de riesgo relacionadas con el consumo de alcohol (como evitar situaciones que pudieran llevar a tener relaciones sexuales sin protección o aumentar el uso de condón) produjeron cambios en la conducta que mantuvieron tres y seis meses posteriores a la intervención.
MMCF