En junio de 2019, una prueba comprobatoria para VIH reafirmó el resultado de la prueba rápida que Sandra se había realizado días antes: POSITIVO. “Estás muy en shock, no estás consciente de todo lo que supuestamente viene, todo mundo piensa que se va a morir”, recuerda la economista de 35 años.
Lo increíble vino después, de la mano de sus análisis de carga viral, en su primera cita de atención en el área de infectología del Hospital General de Zona 1 del IMSS en la ciudad de Colima. “La doctora se dio cuenta que tenía más células de defensa que una persona sin el virus y que la presencia del virus era muy baja”.
La especialista pensó que se trataba de un error en las pruebas de laboratorio y las ordenó una segunda, una tercera y una cuarta vez obteniendo los mismos resultados, de hecho, en la última muestra el virus del VIH salió indetectable. Entonces le informó a Sandra que posee una extraña y favorable condición: es parte de los controladores de élite.
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De manera científica, el VIH modifica la estructura de las células para infectarlas y dañar paulatinamente el sistema inmunológico (linfocitos CD4), pero estudios demuestran que en los controladores de élite sucede algo que impide que la infección se produzca y progrese.
Rodolfo José Ochoa Jiménez, Jefe de Medicina Interna del Hospital General de Zona 1 del IMSS den Colima e investigador experto en VIH, lo explica con una analogía: si pensamos en cuánto mide un hombre adulto, el promedio es de 1.70 metros, pero eso no quiere decir que no haya gente que mide 1.60, 1.50 o 1.40, son menos pero existen, y lo mismo en sentido contrario, son menos individuos, pero hay quienes miden 1.90 o 2 metros.
“Si uno lo piensa así, el tiempo promedio en que una persona que se contagia de VIH y se convierte en SIDA, es de entre cinco y ocho años, pero hay algunos pocos casos de gente que se contagia de VIH y a los 15 días fallece de SIDA, y hay gente que se contagia de VIH y puede que no se enferme nunca”.
Esos son justamente los controladores de élite: “se contagiaron y en lugar de que el virus suba y las defensas bajen, el organismo logra controlar el virus y lo mantiene indetectable”, explica el doctor. Si una persona vive con VIH y pasa un año sin medicación con el virus indetectable, se le considera controlador de élite.
Sandra lleva ya cuatro años como portadora del VIH, pero manteniendo el virus a raya, sus análisis indican que es indetectable y por lo tanto intransmisible, y lo ha hecho sin medicarse, sin tomar retrovirales. “Mi doctora me dio a elegir si quería medicarme o no, porque es una condición que se puede perder eventualmente, pero decidí hacerme mis revisiones regulares y no medicarme mientras no sea necesario”.
Sin embargo, hay posturas, como la del Doctor Ochoa Jiménez que no coinciden con la de la paciente: “la recomendación es que los controladores de élite también reciban tratamiento retroviral, porque hay otras cosas malas que pasan en el organismo por el VIH, como alteraciones cualitativas de su sistema de defensa”.
Es decir, que a pesar de tener los policías del sistema inmunológico (linfocitos CD4) completos, puede que sean policías gorditos, cojos, mancos, ciegos, sin pistolas o sin patrullas; “puede ser que no bajen, pero hay anomalías que son causados por la presencia del virus, además que eventualmente puede perderse la condición del control de élite”, explica el científico de la salud.
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Artículos de investigación científica calculan que son controladores de élite una de cada 200 personas que viven con VIH, para ponerlo en contexto el Doctor Rodolfo José tiene 18 años atendiendo a personas con VIH positivo y en ese tiempo solo ha identificado a tres personas con esta condición.
Los científicos son escépticos respecto a la posibilidad de encontrar cómo curar el SIDA con base en las características genéticas de los controladores, pues el reservorio, fracción de virus latente del VIH que no está en la sangre, sigue estando presente en este selecto grupo. Sin embargo, sí creen que es una esperanza para el control a largo plazo de la enfermedad con alternativas farmocológicas y no farmacológicas.
En lo que va del año, las autoridades de Salud en México han registrado 13 mil 489 casos de VIH, de acuerdo al Sistema de Vigilancia Epidemiológica. Si miramos las estadísticas de los últimos 40 años, en el país el grupo que presenta mayor número de casos son los hombres, el grupo de edad entre los 25 y 29 años, y la principal causa de transmisión es por relaciones sexuales.
De 1983 a 2023 se tiene registro oficial de 365 mil 916 personas infectadas a nivel nacional, de las cuales una tercera parte ha muerto. Los estados con la mayor tasa de casos nuevos diagnosticados de VIH en 2023 son:
- Quintana Roo con 41.78.
- Colima con 20.96.
- Yucatán con 19.46.
- Tabasco con 16.36.
- Veracruz 14.87.
Sandra es una persona sana, saludable, deportista y con belleza física, además, con el virus indetectable e intransmisible, vive su vida sexual y en pareja plenamente. “A pesar de que han pasado 40 años de la epidemia, la gente sigue con el desconocimiento… y lo que mata es el estigma”, remata diciendo.
aag