Aunque las autoridades de la zona sur de Tamaulipas pidieron a la población no reunirse para celebrar el 10 de mayo y quedarse en casa, hubo gran afluencia de residentes del norte de Veracruz a Tampico, 60 carros por minuto, por lo que se instaló un filtro para medir la temperatura y dar cubrebocas a los que cruzaba.
Parecía que todos iban a acatar la disposición, una alza en la curva de enfermos por covid-19 creó un preocupación en la población, o al menos así parecía, sin embargo el domingo 10 de mayo el flujo de unidades que ingresaba a Tampico, provenientes del estado vecino era alto, unas 60 por minuto.
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El flujo obligó a las autoridades a tener que instalar un filtro, en los carriles de alta y baja, de sur a norte, bajando el puente Chairel, estaba integrado por elementos de la Policía Estatal y personal médico, el objetivo era tomar la temperatura a cada uno de los que ingresaba a la ciudad, hacerlos usar el cubrebocas y regalar uno a aquellos que insisten en no adquirir uno.
Los elementos de la policía eran los que marcaban el alto a los carros, hablaban con chófer, le preguntaban su origen, hacía donde se dirigían y el motivo de su vista, luego llegaba el médico con un termómetro digital y hacía las mediciones, sí todo marchaba bien les daban paso.
Lo sorprendente es que las unidades de transporte público provenientes del Moralillo y con destino al centro de Tampico estaban prestando servicio, pese a que en la zona sur está vigente el no circula para los camiones y carros de ruta.
Algunos de los que pasaban por el filtro argumentaban ir a Tampico para realizar compras, sin embargo en los autos venía toda la familia, arreglados para fiesta, incluso niños a los que por cierto no les permiten entrar a las tiendas.