El coronavirus arrecia y los filtros sanitarios en los pasos de lanchas entre Veracruz y Tamaulipas se refuerzan, pero eso genera molestias entre los ciudadanos norveracruzanos. Llega una embarcación desde Pueblo Viejo al Paso del Humo, en Tampico.
Los tripulantes bajan y ven a las autoridades estatales, municipales y federales en el filtro, por eso aceleran el paso. Unos con el cubrebocas bajo la nariz, solo se tapan la boca, otros quieren pasar desapercibidos porque no los traen y les gritan: ¡hey! ¡¿Y el cubrebocas?!
No les queda de otra que regresar a que les regalen uno y se retiran (diciendo algo entre dientes).
El filtro contempla medir la temperatura con pistola de baterías y sensores, la cual es manejada por personal del área de Servicios Médicos de Tampico.
Llegan las lanchas con hasta 20 o 25 personas abordo y, entre ellos, un hombre intenta pasarse de largo sin ser revisado.
El alcalde Jesús Nader Nasrallah se dio cuenta y se le puso enfrente: "déjate tomar la temperatura", le insiste. El hombre de playera verde, una mochila sobre el pecho y un cubrebocas del Joker quiso pasar sin medirse la temperatura; insistía en su negativa, hasta que se dejó y dijo: "en la cabeza no me apuntes con eso", por lo cual se procedió a hacerlo desde su brazo.
A decir de los responsables de los filtros, dichas conductas son comunes luego de información que circula en redes sociales, la cual expone un presunto daño por el uso de dichos termómetros, lo cual es algo totalmente falso.
En los filtros, en los cuales de cada 10 personas solo una o dos no portaba cubrebocas, se contó con la presencia de los diputados Karla Mar, Joaquín Hernández, Rosa González y Miguel Gómez, quien desde tribuna en el Congreso del Estado, había hecho un exhorto para fortalecer acciones sanitarias entre Tamaulipas y Veracruz.
Es difícil hacer acciones de prevención en sitios como el Paso del Humo, en el cual llegan diariamente cientos de personas y se acumulan al pasar.
La molestia en el rostro se nota, quienes antes de bajar se ponen el cubrebocas, solo para que los dejen pasar y es una conducta que se repite todo el tiempo al llegar a Tampico, donde ya se superan los mil contagios.
Las zonas de descanso
El señor que lee el periódico, los dos amigos platicando y la señora que descansa tras ir de compras no están en una plaza de Tampico, se encuentran en jardineras aledañas a los nuevos mercados porteños.
Las plazas principales del puerto fueron cerradas por la autoridad municipal, al ser sitios de reunión frecuente de adultos mayores en plena pandemia de coronavirus; sin embargo, eso no impide a los ciudadanos encontrar un sitio para platicar.
Más de doce personas sentadas junto a la rampa de los nuevos mercados y sin sana distancia llaman la atención de los peatones, también de la autoridad municipal, quien les hace el exhorto para que se retiren.
La mayoría son abuelos varones, quienes usan el cubrebocas hechizo, de paliacate o lo traen como collar, como si no pasara nada, mientras otros se sientan en las escaleras de las bajadas que dan al mercado, pues la costumbre de sentarse en las plazas no se la pueden quitar.