El traslado de un ciudadano desde su hogar hasta su trabajo representa exponerse al contagio de covid-19, porque viajas codo a codo, no hay ni medio metro de distancia y no todos usan cubrebocas.
Hay sectores que aún laboran con cierta normalidad en plena pandemia, por lo cual se vuelve indispensable que sus trabajadores puedan llegar a la oficina, al centro comercial, a la tienda u otra área indispensable.
Durante la mañana se detecta un mayor flujo de personas en el transporte público, que buscan salir de sus colonias y llegar hasta algún punto de la avenida Hidalgo, o el centro de la ciudad, observándose a albañiles, obreros con su overol, personal de oficina y de tiendas aún abiertas.
Una de las recomendaciones de la Secretaría de Salud al transporte público fue darle la prioridad a la sana distancia al interior de las unidades, lo cual no se da, porque todos los asientos se ocupan y el chofer permite que vayan usuarios de pie.
La gente sube, paga su pasaje y no porta el cubrebocas. Algunos se molestan luego de la recomendación del chofer, mientras otros, lo portan mal, porque solamente se cubren la boca y no la nariz.
Debe haber asientos libres, pero la unidad se detiene a subir a más gente, tampoco los ciudadanos acatan la medida, al verlo lleno no se bajan, se mantienen porque deben llegar a sus fuentes de trabajo.
A lo largo de la avenida Hidalgo, se les permite a algunas personas pedir dinero, quienes reparten entre los usuarios estampas de la Virgen de Guadalupe o de Cristo, incluso dulces o chocolates, y luego pasan por el dinero. Hay quienes no les dan o ni siquiera aceptan el objeto, los cuales ya pasaron por decenas de manos.
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Difícilmente alguna autoridad interrumpe el recorrido de las unidades de transporte y constatar que cumplan con las recomendaciones, las cuales se vuelven fundamentales en el momento crítico de la contingencia sanitaria, en donde el sur del estado supera los 500 casos positivos.
Ha habido choferes que detienen la unidad en algún punto del recorrido y aplican gel antibacterial o desinfectante a sus usuarios, quienes sí acatan las medidas como la exigencia del cubrebocas del ciudadano, aunque este se moleste o le llegue a mentar la madre.
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