Esta mañana de martes, Gabriela G., una joven de 19 años que estudia en el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), ubicado en Real del Monte, terminó de escuchar la noticia en la que se daba información sobre la llegada de la vacuna que sería transportada a Hidalgo y sólo apagó el televisor y lloró, “porque sé que falta mucho para que regrese a mi vida anterior”.
Su vida, desde hace más de 9 meses, no ha sido la misma y su ímpetu por asistir a la escuela y seguir pintando, que es su pasión, han quedado desechados porque sabe que la abraza una depresión que nunca la había visitado hasta que llegó la pandemia de covid-19 a Hidalgo, en marzo del año pasado.
- Te recomendamos Arriban a Hidalgo vacunas contra el covid-19 Ciencia y Salud
“No me dan ganas de hacer nada, sólo quiero dormir para no pensar, porque necesito estar en la escuela, con mis profesores y amigas, seguir creciendo pero en casa, no me dan ganas de hacer nada y sin salir, menos”, dice en tono desesperanzado.
Y es que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia ha perturbado y paralizado la salud mental en casi todos los países del mundo y ha provocado un incremento en la demanda de la misma, todo esto en el marco del Día Internacional en la lucha contra la depresión que se conmemora cada 13 de enero.
“El duelo, el aislamiento, la pérdida de ingresos y el miedo están generando o agravando trastornos de salud mental. Muchas personas han aumentado su consumo de alcohol o drogas y sufren crecientes problemas de insomnio y ansiedad”, explica el estudio.
Otros estudios revelan que el 24.7 por ciento de las y los adolescentes mexicanos se encuentran afectados por trastornos de ansiedad, déficit de atención, depresión, uso de sustancias e intentos suicidas que provienen del confinamiento en casa y la adopción de clases en línea con limitantes en su entorno.
También, la amenaza a la economía y al futuro laboral ha traído consigo la emergencia sanitaria, situación que Sandra Rodríguez ha vivido en carne propia, ya que quedó sin empleo hace un par de meses debido a que la empresa en donde trabajaba, tuvo que recortar personal para sobrellevar la disminución de ingresos ante la restricciones que se han implementado para el sector, derivado de la pandemia.
“Es desolador, me despierto cada día con ansiedad, incertidumbre de lo que será mi vida en los próximos años, es realmente deprimente saber que, a mis 30 años de edad, tenga que estar pidiendo para poder pagar los servicios de mi casa y, aunque todos los días busco trabajo, no hay dónde en este momento”, dice.
Tanto Gabriela como Sandra han acudido a terapia en la que les han diagnosticado depresión y por la que les han recetado antidepresivos, “pero ya ni para eso tengo, no hay dinero, así que mejor me salgo a caminar, cuando puedo y tengo ganas”, explica Sandra.
De acuerdo a Patricia Vega López, jefa de departamento de Salud Psicosocial en la Dirección de Primer Nivel de Atención de la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH), también dentro del personal de salud en la entidad ha tenido trastornos de ansiedad y estrés, por lo menos un 10 por ciento, sobre todo en aquel que combate en primera línea al covid.
“El personal afronta los estragos en la salud mental principalmente ansiedad, estrés y depresión, por tener que trabajar en un entorno de contagio por la enfermedad y muerte.
“Es necesario identificar los focos de estrés en todo el personal sanitario y otorgarles la atención psicológica necesaria, para que puedan enfrentar sus cuadros de ansiedad y estrés”, explicó.
Asimismo, en Hidalgo, ha incrementado los problemas de salud mental en un gran porcentaje de mujeres que, debido al confinamiento, viven con su agresor las 24 horas del día, situación que aumentó el número de denuncias por violencia familiar de enero a noviembre de 2020, llegando a las mil 350 ante la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH).
“Las cifras mensuales lo dicen, es decir, las denuncias ante la Procuraduría; también las llamadas de auxilio al número de emergencias 911 se incrementaron por violencia familiar”, indicó Ana Delia Lara, directora de la Colectiva Mujeres contra la Violencia.
Ante todo este panorama que afecta cada día a miles de hidalguenses, los Servicios de Salud del estado ofrecen atención especializada a la población en riesgo, de manera particular, y para ello existen 89 núcleos básicos de salud mental en los que hay médicos, enfermeras y psicólogos que se enfocan a acciones preventivas y de promoción de los trastornos mentales.
El Operativo Escudo, que ha implementado el gobierno del estado de Hidalgo, invita a la sociedad a que evite el estrés solicitando atención psicológica a través del número 800 911 2000 o en Facebook, en la página Línea de la Vida.