A la fecha hay una infinidad de productos de belleza, ungüentos, cremas, aerosoles, desodorantes, barnices, talcos, medicamentos y demás tratamientos que se venden por televisión, internet, farmacias, mercados y puestos callejeros para el cuidado y salud de los pies; sin embargo, no siempre son la mejor opción cuando no se conocen las causas o factores de enfermedades y problemas como los hongos en las uñas, sudoración, mal olor, uñas enterradas, pie de atleta, callos, espolones y juanetes, entre otras afecciones.
Cada vez que nos sentimos mal por un resfriado o un dolor de muelas acudimos al doctor o al dentista, pero cuando se trata de los pies, la mayoría acude al podólogo-médico encargado del cuidado y salud de los pies- hasta que ya no aguanta el dolor y la comezón, sangra, supura o tiene una gran lesión que requiere de inyecciones y medicamento. Lo importante es prevenir y evitar la automedicación.
“Lamentablemente las personas acuden con nosotros hasta que sienten dolor, incluso después de 15 días, por desidia o ahorrarse unos pesos. Algunos prefieren sacarse las uñas con lo que puedan y solo se lastiman, otros recurren a menjunjes como el ajo o VapoRub”, señala Sofia Deisy Vilchis Arriaga, podóloga con más de 15 años de experiencia, quien además asegura que muchas de las infecciones se complican porque los pacientes tienen problemas renales, circulatorios o crónicos degenerativos como diabetes.
¿Qué es la podología?
Del griego, podo: pie, y logía: estudio; es una rama de la medicina que tiene por objeto el estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y alteraciones que afectan el pie. El podólogo es un especialista cualificado para el diagnóstico y tratamiento de diversas afecciones del pie y tobillo.
Estos especialistas tienen un amplio conocimiento en las ramas de la anatomía humana, fisiología, patofisiología, biomecánica del miembro inferior, radiología, farmacología, medicina general y cirugía.
“Al final todo está relacionado con los pies”, señala Vilchis Arriaga.
Con el paso de los años ha aumentado la demanda de sus servicios en el mercado y aunque hay mucha gente que ha aprendido de manera empírica, la podología ya es una carrera técnica y universitaria que se imparte en Morelia, Aguascalientes, Puebla y Ciudad de México, entre otras.
A la fecha sus servicios están regulados por la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris), quien exige la cédula profesional y el registro, entre otras cuestiones.
“Lamentablemente hoy hay podólogos que están enseñando a pedicuristas a limpiar las uñas y dar ciertos tratamientos, los cuales muchas veces solo son estéticos y no curan por completo las enfermedades; lo ideal es acudir con los profesionales”.
Principales enfermedades
Tomarse el medicamento y aplicar el tratamiento todos los días son la clave para curar las enfermedades de los pies, las más comunes como la onicocriptosis o uñas encarnadas, que son el resultado de la interacción entre la uña y la carne, produciendo inflamación, dolor y, en ocasiones, infección, y es una patología que suele afectar al primer dedo del pie; la micosis, tiña o pie de atleta, que detona especialmente en temporada de calor; o el espolón o calcificaciones producidas en el talón como consecuencia, generalmente, de una fascitis plantar crónica.
Además de los juanetes o protuberancia ósea que se forma en la articulación de la base del dedo gordo del pie por el uso de tacones en mujeres o por zapatos muy apretados; los callos que salen arriba de los dedos, originados por el roce del zapato; y la hiperquersatosis o callo inferior que genera dureza por la acumulación de piel muerta en el talón.
Después de los 40 años es cuando se presentan en mayor medida los problemas en los pies, por descuido, aumento de peso o la falta de higiene; sin embargo, hay cuestiones como el mal olor y la comezón que son más frecuentes en los jóvenes, principalmente, los hombres por el crecimiento y cambio hormonal.
Ungüentos y pomadas, solo comprobados
Hoy vemos en todos lados infinidad de remedios caseros, pomadas y tratamientos para cuidado de los pies, pero muchos no resuelven el problema porque no tienen una comprobación científica.
“Hay quienes compran el líquido rojo que venden en el mercado para los callos, se lo pone y solo se queman la piel; no lo usan correctamente y se ponen de más. Unesia o lakesia, por ejemplo, no sirven porque primero hay que analizar el tipo de hongo, muchas veces los hongos salen por golpes, un machucón o la humedad, una crema solo lo alimenta”.
Aunque hay técnicas con láser que garantizan una limpieza profunda, no siempre es así, pues al quemar la uña, que termina cayéndose, se corre el riesgo de que vuelva a crecer contaminada.
“Lo ideal es tener un tratamiento diario para evitar que el virus ataque con mayor fuerza”.
Según sea el caso, un tratamiento puede durar de cuatro a seis meses, la recuperación no es de un día para otro. Hay uñas, por ejemplo, que solo en el primer mes terminan por caerse por completo de lo mal que están.
“Es imposible que una uña dañada se arregle en un mes”.
El tratamiento contra el pie de atleta es el más caro, por el tiempo de recuperación y los implementos que requiere, que van desde jabón para exfoliar, spray para el zapato, spray para la piel, aunque depende de si está agrietado o no.
“En mi caso la primera consulta cuesta 750 porque les doy todo, pero la consulta cuesta 250”.
Recomendaciones
Para esto no basta con la limpieza, especialmente en la temporada de calor, cuando a las personas les suda mucho el pie y se genera humedad en el calzado. Lo mismo pasa en temporada de lluvias cuando los zapatos no se secan bien y las personas los usan todos los días.
“Se entiende que muchas personas usan zapatos cerrados o botas todos los días por su trabajo, pero pueden prevenir los problemas usando calcetines de algodón, colocando desinfectante o antiséptico al calzado y sacarlos a orear”.
La egresada de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), recomienda una visita mensual al podólogo para el corte de las uñas y la limpieza de los pies, además de usar una toalla exclusivamente para los pies.
“Casi siempre andamos con prisas, cuando terminen de bañarse pueden pararse un rato sobre la toalla para que absorba toda la humedad. También es importante desinfectar con cloro o alcohol continuamente el baño, sobre todo, cuando las familias son muy grandes”.
El uso de gelish o uñas postizas en los pies, es un hábito que en los últimos se ha arraigado en las mujeres, sin embargo, cuando las uñas están enfermas, las cosas pueden complicarse, especialmente, porque el acrílico guarda mucha humedad.
“Si una uña está mal y se limpian con la misma lija, pueden contagiarse todas, o cuando se está enterrando, por los residuos de acrílico la uña se mete más y termina supurando”.
JASJ