El moho puede hallar un hogar en múltiples lugares, ya sea dentro del refrigerador, en un plato de comida o en una fruta. Muchas veces su presencia en los alimentos despierta la alerta por lo que en la mayoría de los casos la comida infectada es desechada de inmediato.
Sin embargo, no siempre es necesario tirarlos, hay algunas ocasiones en las que podemos rescatarlos de los hongos, así lo señala el documento Molds on Food: Are They Dangerous? creado por el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria de Estados Unidos.
- Te recomendamos Bolillo o tortilla: ¿cuál tiene MÁS calorías y por qué? Ciencia y Salud
¿Qué es el moho y cuándo es dañino?
El moho tiene su forma de vivir, su apariencia vista desde un microscopio es la de un grupo de champiñones delgados. Al ser un hongo su reproducción se da mediante esporas que pueden ser transportadas por el aire, agua o insectos.
Cuando el moho llega a un alimento, comienza a enraizarse, su tallo comienza a crecer, se forman ramificaciones y esporas, misma que, además de ser la clave de su reproducción, le dan su color.
Cabe señalar que por sí mismo este organismo ya es un dolor de cabeza, sin embargo, son las raíces en las que radica uno de sus principales peligros ya que pueden ser difíciles de ver cuando el moho comienza a crecer, lo que les permite localizarse muy dentro de ellos y pasar desapercibidas.
Cuando un alimento presenta un serio crecimiento de moho, la raíz despliega hilos que comienzan a extenderse. En el caso de los hongos tóxicos, estos hilos poseen las sustancias venenosas, por lo que su crecimiento ocasiona que las sustancias dañinas se propaguen por todo el alimento.
Por otro lado, lo que sí se puede apreciar es la parte que invade la superficie y puede adquirir diversas formas que van desde pelusa gris, puntos verdes, polvo blanco, círculos aterciopelados o crecimiento peludo.
Cabe señalar que en algunas ocasiones la comida mohosa puede tener bacterias invisibles que crecen junto a él, lo que la vuelve aún más peligrosa.
Algunos mohos provocan reacciones alérgicas y problemas respiratorios, mientras que otros más (una lista reducida que depende de condiciones determinadas) producen "micotoxinas", sustancias venenosas que pueden derivar en enfermedades y que se encuentran principalmente en los cultivos de cereales, nueces, el apio, el jugo de uva, las manzanas y otros productos.
Lista de la comida que debes tirar si tiene moho
- Embutidos, tocino o salchichas
- Carne y aves (pollo y pato, por ejemplo)
- Guisados
- Granos preparados (arroz, frijoles) y pastas
- Queso panela
- Queso oaxaca
- Requesón
- Yogurt
- Cremas
- Mermeladas y jaleas
- Frutas blandas como fresas, papaya, peras, mandarinas, naranjas
- Verduras blandas
- Pan y productos horneados
- Tortillas
- Mantequilla de maní, legumbres y nueces.
Esto debido a que los alimentos porosos y con alto contenido de humedad facilitan el crecimiento del moho y bacterias. En el caso de las mermeladas y jaleas es más probable que se generen micotoxinas.
Lista de la comida que puedes rescatar
- Salami duro y jamones de campo curados: es normal que estos productos tengan moho en la superficie, basta con frotar para quitar el moho
- Queso duro: debido a sus características usualmente el moho no puede penetrar en el producto. Para deshacerse del intruso se debe cortar al menos 1 pulgada de la superficie afectada poniendo especial cuidado para no contaminar el reto del alimento
- Verduras y frutas firmes: en ambos casos las manchas de moho se pueden retirar cortando la parte infectada ya que es difícil que el moho penetre en alimentos densos.
¿Dónde es más fácil encontrar moho?
Los mohos tienen la habilidad de crecer durante todo el año y en casi en todos los entornos, sin embargo, lo que favorece su crecimiento es un ambiente cálido y húmedo.
Por ejemplo, en el exterior, pueden encontrarse en lugares donde se descomponen las hojas u otra vegetación. En el interior, pueden encontrarse en lugares con altos niveles de humedad.
LHM