Los problemas derivados de la pandemia empiezan a cobrar factura. El riesgo de contagio, estrés, distanciamiento social y rezago económico, principalmente, derivaron en una crisis en salud mental que se vuelve cada vez más visible desde la primera infancia hasta la edad adulta. Si eres padre, seguro notaste algunos cambios en la conducta de tus hijos y en sus emociones, tales como berrinches, desobediencia, discusiones y oposicionismo.
Emmanuel Sarmiento Hernández, director del Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro, refiere que todos los problemas de salud mental que presenta un adulto pueden padecerse en la infancia. Por ello, es importante brindarle a niños el apoyo para que logren su estabilidad mental. Estos consejos te serán muy útiles para atender las secuelas que trajo consigo la emergencia sanitaria.
El adulto o persona a cargo del cuidado del menor debe reconocer y validar sus emociones. Frases como “es normal sentirse enojado”, “yo también en ocasiones me desespero”, “también me he sentido triste y preocupado como tú”, son de mucha ayuda para él.
Sarmiento Hernández sugiere que hay que incentivar a los hijos a platicar sobre cómo se sienten sin juzgarlos, criticarlos, ni reprobar sus comentarios.
Transmitir seguridad y tranquilidad. El adulto tendrá que reflejar eso que quiere transmitir, “predicar con el ejemplo”, y utilizar un tono de voz bajo y pausado a la hora de transmitir un mensaje o corregir conductas inapropiadas. Esto genera un sentimiento de seguridad y tranquilidad en el infante.
Emplear estrategias. Una sería el “tiempo fuera”, que consiste en llevar a cabo un distanciamiento físico cuando el tono de la discusión se eleva, como enviarlos a su habitación o un espacio designado para este ejercicio. El especialista recomienda que durante este tiempo fuera no se le interrumpa al menor en su reflexión sobre lo acontecido.
La “técnica de extinción”, por otra parte consiste en ignorar la conducta cuando se torna con una intensidad y magnitud elevadas (no dedicarle atención positiva ni negativa), por ejemplo a una rabieta, y posteriormente reconocer el logro de haberse autorregulado “me da gusto que te hayas calmado, ahora sí podemos hablar”, esto, indica Emmanuel Sarmiento, brinda una atención positiva a la conducta adecuada.
Evitar utilizar el castigo como medida de control, pero sí advertir que si se presenta cierta conducta inapropiada, el menor perderá ciertos privilegios. Esto anticipa la consecuencia de una conducta disfuncional y genera en ellos un sentido de autorregulación.
Evitar el exceso de información en noticias o redes sociales.
Enseñarle cómo cuidarse y evitar riesgos. Niños y adolescentes deben tener presentes y reforzar las habilidades de autocuidado.
Establecimiento de rutinas lo más cercanas a la normalidad. Es importante que cumplan sus horarios para levantarse, desayunar, lavarse los dientes, entre otros. Momentos acordes a la edad para permanecer en la computadora o en el celular y establecer tiempos de esparcimiento en familia. Asimismo, dejar que los menores disfruten de un tiempo a solas para realizar la actividad que más les guste.
Realizar actividad física y evitar que pasen un tiempo prolongado frente a pantallas.
Mantener adecuadas medidas de higiene y sueño, éste es fundamental para un adecuado desarrollo.
En la conferencia virtual organizada por el Sistema Nacional de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes de Sonora, el especialista en psiquiatría, y miembro del Conacyt, remarcó que se intuía esta crisis de salud mental por lo que tendríamos que estar preparados. “Si queremos lograr un cambio, mientras más temprano actuemos, va a ser mucho mejor”, puntualizó.
¿Qué es la salud mental? ¿Por qué hablar de ello?
Es la base del funcionamiento efectivo de una persona con su comunidad. Emmanuel Sarmiento la define como un estado de equilibrio emocional cognitivo y conductual que permite a los individuos desenvolverse de manera responsable en su entorno familiar, social y laboral, así como gozar de bienestar y de una adecuada calidad de vida. Influye en cómo pensamos, sentimos, actuamos y reaccionamos como personas ante momentos de estrés
La salud mental es más que la ausencia de trastornos mentales, nos ayuda a enfrentar el estrés de la vida diaria, como el día a día en el trabajo, en el tráfico o en el hogar. Nos ayuda a estar físicamente saludables, formar relaciones interpersonales sanas; contribuir en forma significativa y positiva dentro de una comunidad y dentro de nuestra familia; trabajar y estudiar productivamente, y alcanzar nuestro máximo potencial.
JLMR