Si el estrés es algo que debemos evitar en nuestras vidas para no desarrollar enfermedades como diabetes o depresión, también debemos estar atentos de no padecer culebrilla: un virus que se puede activar en el cuerpo cuando nos sometemos a altos niveles de presión e incluso puede causar ceguera.
La culebrilla o herpes zóter es un malestar causado por el mismo virus de la varicela. Puede permanecer en nuestro cuerpo sin problema hasta que se activa y genera ronchas dolorosas en varias zonas.
De acuerdo con la Academia Americana de Oftamología, la "culebrilla" es una infección viral que causa un sarpullido doloroso. Dos de cada tres personas lo padecerá en algún momento de su vida.
La infección puede aparecer en el costado del pecho o espalda, pero puede afectar cualquier parte del cuerpo, incluso la cara. Entre sus efectos, produce picazón y ardor. A largo plazo, puede causar ceguera o desprendimiento de retina si se extiende a los ojos; o sordera si llega al oído; también puede causar parálisis facial.
Aunque una persona tenga culebrilla no puede contagiar a otra, sí puede generar varicela. Por eso, expertos aconsejan vacunarse contra el virus y acudir al médico ante cualquier síntoma.
Síntomas
Entre los síntomas de la culebrilla, se pueden encontrar sensibilidad al tacto, dolor, hormigueo y picor unos dos o tres días antes de brote sarpullido, fiebre, sensibilidad a la luz, dolor de cabeza, cansancio extremo, ampollas llenas de líquido y, la más evidente, manchas rojas en nuestra piel.
Qué hacer
Si presentas varios de los síntomas antes mencionados, es necesario que consultes un especialista. Las acciones inmediatas que puedes tomar son: bañarte con jabón neutro, no utilizar cremas ni polvos cosméticos, usar ropa cómoda y ligera, tomar suficiente agua y evitar el consumo de cigarrillos y alcohol.
lar