Científicos del Instituto KU Leuven Rega (Bélgica) han desarrollado una nueva vacuna contra el zika eficaz en ratones, que previene que el virus cause microcefalia y otras afecciones graves en los bebés al nacer. En 2015 y 2016, se produjo un repentino y masivo brote en América Latina del virus, que se transmite por el mosquito tigre y, en la mayoría de los casos, con síntomas que no son leves.
"Cuando una mujer embarazada contrae el virus, esto puede afectar el desarrollo cerebral del feto. Puede provocar microcefalia, por lo que el bebé tiene una cabeza más pequeña que el promedio, pero también problemas de salud mental y otros graves", explica uno de los investigadores, Johan Neyts.
El brote del virus en América Latina está actualmente bajo control. Sin embargo, sigue presente, tanto en esta región como en otras áreas con mosquitos tigre y "puede haber un nuevo brote en cualquier momento", advierten los investigadores de este estudio. Por lo tanto, los científicos de todo el mundo están buscando una vacuna eficaz.
Ahora, los doctores Neyts y Kai Dallmeier y su equipo han desarrollado una posible vacuna basada en la de la fiebre amarilla. "El virus de la fiebre amarilla está estrechamente relacionado con el virus zika y se transmite por el mismo mosquito. La vacuna es muy segura y ofrece protección de por vida", asegura.
"Reemplazamos una parte de la información genética de la vacuna contra la fiebre amarilla con el código correspondiente del zika. Para diseñar la vacuna, utilizamos una nueva tecnología que habíamos desarrollado anteriormente en nuestro laboratorio y que hace posible producir la vacuna en fermentadores en lugar de en huevos de gallina fertilizados. Otra ventaja importante es que la vacuna permanece estable, incluso a altas temperaturas. Esto hace una gran diferencia para una vacuna que también está diseñada para el uso en los rincones más remotos de las zonas tropicales y subtropicales", comenta el investigador.
Junto con la Universidad de Lieja, exploraron si la vacuna era efectiva en ratones preñadas. La vacuna se administró a ratones hembras y, cuando estos ratones tenían unos días de embarazo, el zika se inyectó en su placenta. Las crías de las madres vacunadas se desarrollaron normalmente y el virus tampoco se pudo encontrar en sus cerebros u otros órganos.
Esta protección completa es "notable", comenta Kai Dallmeier. "Ahora tenemos la intención de desarrollar más la vacuna, que luego se podría usar para vacunar a la población de manera rápida y efectiva en caso de un nuevo brote. Esto debería prevenir mucho sufrimiento", concluye.
RL