Un agujero negro inusualmente masivo en el corazón de una de las galaxias satélites enanas de la Vía Láctea llamada Leo I, casi tan masivo como el agujero negro en nuestra propia galaxia. Astrónomos del Observatorio McDonald de la Universidad de Texas en Austin creen que su hallazgo podría redefinir nuestra comprensión de cómo evolucionan todas las galaxias, los componentes básicos del universo. El trabajo se publica en The Astrophysical Journal.
El equipo decidió estudiar Leo I por su peculiaridad. A diferencia de la mayoría de las galaxias enanas que orbitan la Vía Láctea, Leo I no contiene mucha materia oscura. Los investigadores midieron el perfil de materia oscura de Leo I, es decir, cómo cambia la densidad de la materia oscura desde los bordes exteriores de la galaxia hasta su centro.
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Lo hicieron midiendo su atracción gravitacional sobre las estrellas: cuanto más rápido se mueven las estrellas, más materia hay encerrada en sus órbitas. En particular, el equipo quería saber si la densidad de la materia oscura aumenta hacia el centro de la galaxia. También querían saber si la medición de su perfil coincidiría con las anteriores realizadas con datos de telescopios más antiguos combinados con modelos de computadora.
Para sus observaciones, utilizaron un instrumento único llamado VIRUS-W en el telescopio Harlan J. Smith de 2,7 metros del Observatorio McDonald.
Cuando el equipo introdujo sus datos mejorados y modelos sofisticados en una supercomputadora en el Centro de Computación Avanzada de Texas de UT Austin, obtuvieron un resultado sorprendente.
"Los modelos gritan que se necesita un agujero negro en el centro; realmente no se necesita mucha materia oscura", dijo en un comunicado el coautor Karl Gebhardt. "Tienes una galaxia muy pequeña que está cayendo en la Vía Láctea, y su agujero negro es tan masivo como el de la Vía Láctea. La proporción de masa es absolutamente enorme. La Vía Láctea es dominante; el agujero negro Leo I es casi comparable. El resultado no tiene precedentes".
Agujero negro cambia la compresión sobre la evolución de las galaxias
El hallazgo podría alterar la comprensión de los astrónomos sobre la evolución de las galaxias, ya que "no hay explicación para este tipo de agujero negro en las galaxias esferoidales enanas", dijo la coautora Maria José Bustamante.
El resultado es aún más importante ya que los astrónomos han usado galaxias como Leo I, llamadas "galaxias esferoidales enanas", durante 20 años para comprender cómo se distribuye la materia oscura dentro de las galaxias, agregó Gebhardt. Este nuevo tipo de fusión de agujeros negros también le da a los observatorios de ondas gravitacionales una nueva señal para buscar.
lnb