Un equipo de 200 astrónomos reveló, gracias a un innovador radiotelescopio europeo, la existencia de miles de nuevas galaxias y objetos celestes, en su mayoría desconocidos hasta ahora.
"Hemos abierto una nueva ventana hacia el Universo", explicó Cyril Tasse, un astrónomo del Observatorio de París, que participó en el proyecto.
Aunque el Universo sea infinito, los astrónomos consideran que su parte "observable" tiene unas cien mil millones de galaxias.
El descubrimiento fue posible gracias a un nuevo instrumento "revolucionario", según los astrónomos el radiotelescopio LOFAR (Low Frequency Array), gracias al cual se elaboró un nuevo mapa del cielo, fue objeto de 26 artículos en la revista Astronomy & Astrophysics.
El LOFAR es uno de los radiotelescopios más grandes del mundo, con cerca de cien mil antenas repartidas en Europa.
Fue inaugurado en 2010 y tiene la particularidad de operar a muy baja frecuencia (entre diez y 250 megaherzios), es decir que puede ver el Universo a través de sus partículas que emiten a baja frecuencia, las partículas ultra-energéticas.
Para escrutar el universo, los astrónomos disponen de distintos tipos de telescopios. Algunos, como el LOFAR, detectan las ondas radioeléctricas emitidas por los objetos celestes, otros los rayos X o los rayos ópticos, en el mundo visible o por infrarrojos.
"Los mapas del LOFAR no tienen nada que ver con lo que se puede ver a mayor frecuencia, es totalmente nuevo", asegura Cyril Tasse. "Ante las primeras imágenes pensamos '¿Pero esto qué es?'", recuerda el astrónomo.
Tras miles de horas de observación, repartidas en más de tres años, el radiotelescopio europeo confeccionó su primer mapa del cielo donde aparecen "cosas que conocíamos y otras que no, totalmente nuevas y sorprendentes".
"Ahora estas imágenes son públicas y permitirán a los astrónomos estudiar la evolución de las galaxias con una precisión sin precedentes", asegura en un comunicado Timothy Shimwell, del Instituto Holandés de Radioastronomía (ASTRON), que estudia los datos, y de la Universidad de Leyde.
El misterio de los agujeros negros
Además de centenares de miles de galaxias, de las cuales el 90 por ciento de ellas no se habían detectado todavía, y de algunos objetos "enigmáticos", el radiotelescopio también encontró un gran cúmulo de galaxias.
Cuando entran en colisión, estos objetos, "los más grandes del Universo", generan emisiones de radio que pueden extenderse en millones de años-luz. "En astronomía, como más lejos miramos, más observamos el pasado", explique Cyril Tasse.
"De los centenares de miles de galaxias detectadas, algunas son muy próximas y por tanto muy recientes, y otras muy alejadas, es decir muy viejas", indica.
El objeto cartografiado más lejano está a más de 11 mil millones de años luz, un testimonio del universo mil millones de años después del Big Bang.
Los astrónomos esperan así conocer más sobre la formación de los agujeros negros supermasivos, uno de los grandes misterios del universo.
Un agujero negro es un objeto celeste que posee una masa extremadamente importante en un volumen muy pequeño.
Hay de dos tipos: los agujeros negros estelares, que se forman al final del ciclo de vida de una estrella, y los agujeros negros supermasivos, que tienen galaxias en el centro y que tendrían un peso de entre un millón y mil millones de veces el del Sol y de los que se ignora su origen.
Los investigadores del proyecto internacional LOFAR esperan que en 2024 el telescopio habrá permitido detectar 15 millones de fuentes de radio y entregado 48 petaoctetos de datos, "el equivalente de una pila de DVD de una altura de casi 40 torres Eiffel".
RV/RL