Katerine tiene seis años esperando un riñón. Cuando tenía tres fue diagnosticada con síndrome nefrótico, que causó una insuficiencia renal. A los 11 ingresó a la lista de espera para un trasplante y a sus 17 sigue ahí su nombre. En este tiempo, le han llamado tres veces, pero no ha sido compatible. La enfermedad le ha impedido hacer su vida, “es cansado, pero aquí seguimos, luchando hasta que se pueda”.
La adolescente es una de las 5 mil 433 pacientes que esperan un riñón en Jalisco, según la Secretaría de Salud estatal, al 31 de diciembre de 2023. El año pasado se incrementó la cifra de trasplantes de este órgano, al pasar de 574 en 2022 a 641 en 2023, 105 de donación cadavérica y 536 de persona viva. Entre enero y febrero de este año, se han trasplantado 87 riñones.
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De ahí la importancia de concientizar sobre la necesidad de practicarse exámenes general de orina y de sangre para la creatinina y estimar la tasa de filtración que pudiera tener, principalmente aquellas personas con riesgo. La enfermedad renal crónica es de letalidad alta, se posiciona entre las primeras causas de muerte en el estado, con una tasa de 50 decesos por cada 100 mil habitantes en Jalisco. El médico Guillermo García explicó que no solamente causa el fallecimiento, sino que durante años previos incapacita al paciente, “es la segunda causa de muerte prematura, porque no solamente importa el número de muertes, sino la edad de los pacientes que mueren con esta enfermedad”.
El padecimiento hizo que Katerine tuviera que dejar la escuela desde tercero de primaria, “se me subía la presión, dejé de caminar, se complicó todo, entonces ya era una cosa o era otra, entonces ya no pude seguir yendo”.
¿Cómo prevenir las enfermedades renales?
El también profesor investigador del Departamento de Clínicas Médicas, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de UdeG, consideró fundamental implementar mecanismos de vigilancia de la enfermedad, para estimar con precisión la magnitud del problema y su relación con otras condiciones.
Señaló que es importante desarrollar políticas públicas de salud para prevenir y reducir los factores de riesgo de esta enfermedad y asegurar el acceso gratuito a tratamientos, “más de la mitad de los jaliscienses y los habitantes de este país no tienen acceso universal a las terapias de reemplazo renal, como lo son las diálisis de trasplante, provocando que los pacientes que no tienen seguridad social o los medios propios para poder sufragar los costos de esta enfermedad estén condenados a morir”.
¿Cómo es la vida de un paciente renal y cuánto cuesta el tratamiento?
Un paciente con diálisis peritoneal gasta hasta 230 mil pesos anuales; con hemodiálisis, el costo asciende a alrededor de 250 mil pesos al mes; y con terapias de diálisis automatizada el monto es de 300 mil pesos al año. El procedimiento de trasplante requiere de 15 mil pesos al mes, para disminuir el riesgo de rechazo.
Para la madre de Katerine, Italia, la espera ha sido larga. Tiene otros dos hijos, de 19 y 20 años, a quienes apoya con sus estudios; el padre está ausente, por lo que tiene que trabajar durante muchas horas para solventar los gastos y el resto del tiempo dedicarlo al cuidado de la joven que necesita diálisis todas las noches. A pesar de todo, no pierde la esperanza de que un día su hija pueda recibir el riñón que necesita, “recuerden que donar órganos es donar vida”.
Y esa suerte tuvo Christopher. Tiene 37 años, y a los 34 fue diagnosticado, el 3 de octubre de 2020, en plena pandemia de covid-19, lo que complicó el tratamiento y la posibilidad de acceder a un trasplante. Uno de sus hermanos resultó compatible y le donó uno de sus órganos, sin embargo, la emergencia sanitaria retrasó la cirugía y fue hasta el 6 de enero de 2022 que pudo someterse a la intervención
“Fue muy difícil por la espera, porque las diálisis son muy dolorosas, cansan mucho y mi hermano hizo la lucha, también tuvo su luchita de que le dieran permiso en su trabajo, aparte muchos estudios eran muy agresivos”, comparte.
Han pasado dos años de la operación, y su vida ha cambiado. Tiene hábitos saludables, valora más a su familia y amigos, y se convirtió en padre. Su hija de ocho meses es su mayor inspiración, “quiero ver a mi hija crecer, entonces me cuido súper bien para que el riñón me dure mucho tiempo”.
Los trasplantes renales de donante fallecido pueden durar hasta 15 años, mientras que del donante vivo se extiende hasta 20 años.
El especialista de la UdeG exhortó a la población con enfermedades crónicas y factores de riesgo a tomar medidas preventivas, realizarse chequeos periódicos para una detección oportuna y evitar que llegue a una etapa en la que la vida se vea comprometida
Clave
Prevención<p><br></p><p>Los hábitos alimenticios, lo ambiental, la ingesta de agua son factores relevantes que pueden prevenir o propiciar la aparición de estas enfermedades. Aunque no se tengan sospechas de padecer del riñón, es recomendable hacer pruebas de orina como protocolo de salud; de esta manera se puede prever el daño y saber el estado de salud. </p>
OV/SRN