Tras fecundar al rededor de 800 crías y contribuir sustancialmente a la salvación de una de las especies de tortugas gigantes de las islas Galápagos, Diego, de más de 100 años, será devuelto en marzo a su hábitat original, isla Española, de donde fue extraído hace más de ocho décadas.
“Basados en los resultados del último censo realizado a finales del 2019 y todos los datos disponibles desde 1960, tanto de la isla como de su población de tortugas... la conclusión fue que la isla reúne condiciones suficientes para mantener a la población de tortugas que seguirá creciendo normalmente, aún sin ninguna nueva repatriación de juveniles”, indicó Washington Tapia, director de la Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes.
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Ese tipo de tortugas gigantes pasó de un estado crítico de 15 ejemplares, incluido Diego, a 2 mil gracias al programa de Restauración de las Tortugas Gigantes que “ha ayudado para que los ecosistemas de la isla tengan condiciones adecuadas para sostener a la creciente población de tortugas (Chelonoidis hoodensis, propias de isla Española)”, precisó el director del Parque Nacional Galápagos, Jorge Carrión.
En esa isla, pequeña, árida y en medio del océano Pacífico, ubicada al sureste del archipiélago de Galápagos a mil kilómetros de la costa ecuatoriana, se encontraron inicialmente 14 adultos en edad de reproducción, 12 hembras y dos machos, a mediados de la década de 1960, a los que posteriormente se sumó Diego.
Estos especímenes iniciaron la semana pasada un proceso de cuarentena para la reintroducción en Española, a fin de eliminar riesgos de dispersión de semillas de plantas que no son propias de la isla, destacó el Parque Nacional Galápagos.
Dentro de ese grupo de adultos reproductores que salvaron la especie está Diego, un prolífico macho que vivió 30 años en el zoológico de San Diego, California, antes de ser parte del programa de reproducción en cautiverio. Diego supera los 100 años y volverá a su isla de origen tras ocho décadas fuera de ella. Es un ejemplar que pesa unos 80 kilos, tiene poco menos de un metro de largo y llega a 1.5 metros de altura cuando estira las piernas y el cuello.
Una de las principales causas de que ese tipo de tortugas gigantes casi se extinguiera fue la captura por parte de piratas que las llevaban en sus barcos para alimento de los tripulantes. En Española también habitan iguanas, lobos marinos y aves de varios tipos.
En 2012 murió en Galápagos la tortuga gigante conocida como Solitario Jorge, la última de la especie Chelonoidis abigdoni.
lnb