Una dieta baja en proteínas y rica en carbohidratos podría ser la clave de la longevidad, especialmente para un envejecimiento sano del cerebro, demostró un experimento con ratones publicado en la revista científica Cell Reports.
La investigación de expertos de la Universidad de Sidney, Australia demuestra mejoras en la salud en general, y en particular la del cerebro, así como en el aprendizaje y la memoria de ratones que fueron alimentados con una dieta de ese tipo.
"Actualmente no hay tratamientos farmacéuticos efectivos para la demencia -podemos ralentizar estas enfermedades pero no podemos detenerlas- por lo que es fascinante que estemos empezando a identificar dietas que impactan en cómo el cerebro envejece", apuntó el científico Devin Wahl, que dirigió el estudio.
Wahl reconoció las ventajas de esta última en los roedores, pero recordó que "la mayor parte de la gente tiene problemas para restringir las calorías, especialmente en las sociedades occidentales, donde la comida está disponible sin reservas".
Los investigadores recuerdan que una dieta baja en proteínas y alta en carbohidratos no es una nueva moda.
¿Por qué funciona una dieta así?
Para esta investigación, los científicos alimentaron ratones con un complejo de carbohidratos derivados del almidón, y con proteína caseína, que se encuentra en la leche y el queso.
Evaluaron los beneficios para el cerebro centrándose en el hipocampo, la región cerebral responsable del aprendizaje y la memoria.
"El hipocampo es normalmente la primera parte del cerebro en deteriorarse con enfermedades degenerativas como el alzhéimer. Sin embargo, parece que la dieta baja en proteínas y alta en carbohidratos promovió la salud y la biología del hipocampo en ratones, en algunas mediciones hasta incluso un nivel mayor que en las dietas con bajas calorías", dijo Couteur.
mrf