A escala global las tasas de aborto han disminuido en los últimos 25 años y estos procedimientos se han vuelto más seguros en varios países, según el informe Aborto a nivel mundial 2017: Progreso irregular y acceso desigual, del Instituto Guttmacher, con sede en Estados Unidos.
De acuerdo al estudio, se reporta que la tasa anual de aborto a escala global se redujo entre 1990–1994 y 2010–2014: la mayor parte de este cambio se produjo en las regiones desarrolladas (de 46 a 27 abortos por cada mil mujeres en edad reproductiva); la tasa en las regiones en desarrollo apenas cambió al reportar de 39 a 36 por cada mil personas en edades de 15 a 44 años.
Además, la tasa global de embarazo no planeado disminuyó de 74 por cada mil mujeres en edad reproductiva de 1990–1994, a 62 en el periodo 2010–2014.
Susheela Singh, vicepresidenta de Investigación Internacional en el instituto, consideró que “el mejoramiento en el uso de anticonceptivos y, a su vez, las disminuciones en las tasas de embarazo no planeado son el posible motor detrás de la disminución mundial en las tasas de aborto”. Abundó que “la mayoría de quienes lo hacen es porque, en primer lugar, no tenían intención de quedar embarazadas”.
El informe destaca que las tasas de aborto varían ampliamente entre las regiones; América Latina y el Caribe tiene la tasa anual más alta, con 44 por cada mil mujeres en edad reproductiva, en comparación con 36 en Asia, 34 en África, 29 en Europa y 17 en América del Norte.
América Latina y el Caribe es también la región con la tasa más alta de embarazos no planeados, con 96 por cada mil mujeres en edad reproductiva. A pesar de que Asia tiene una tasa mucho menor (54 por cada mil), el gran tamaño de su población supone que casi 54 millones de embarazos no planeados ocurren cada año, de estos casi dos tercios terminan en aborto.
Las tasas de interrupción del embarazo son similares en países donde está fuertemente restringido y en aquellos donde es legal en términos generales.
La tasa es de 37 por cada mil mujeres en países donde es prohibido o está permitido solo para salvar la vida de la embarazada, y de 34 donde es legal.
Las restricciones no eliminan el aborto, por el contrario, aumentan la probabilidad de que éstos se realicen de manera insegura, ya que obligan a las mujeres a buscar procedimientos clandestinos.
En gran parte del mundo, el sector de 20 a 24 años tiende a mostrar la tasa más alta de aborto de cualquier otro grupo de edad.
El informe también destaca que la seguridad de los abortos ha mejorado debido a los avances en las directrices clínicas, en lugares donde las leyes son fuertemente restrictivas y por el mayor uso de misoprostol (medicamento ampliamente disponible y asequible que lo induce de manera efectiva).
Sin embargo, aún siguen vigentes los principales obstáculos para eliminar la práctica de manera insegura y sus consecuencias. Desde 2014, al menos 22 mil 800 mujeres mueren cada año a escala mundial por dicha causa, se detalla en el informe.
En 14 naciones en desarrollo, donde el aborto inseguro es prevalente, 40 por ciento de las embarazadas que tienen uno sufre complicaciones que requieren atención médica. Se calcula que en todas las regiones en desarrollo combinadas (con excepción de Asia Oriental) 6.9 millones de mujeres reciben tratamiento cada año por ese tipo de complicaciones; sin embargo, muchas más no son atendidas.
Del año 2000 a la fecha, 28 países cambiaron su ley de aborto, ampliaron las causales que lo permiten para proteger la salud de la mujer, por razones socioeconómicas o sin restricción en cuanto a razón. Además, 24 añadieron al menos una de tres causales adicionales: en casos de violación, incesto o cuando el feto tiene una anormalidad grave.
El informe cita el caso de la CdMx, la única entidad del país que ha liberado el aborto, y destaca que es un buen ejemplo de lo que es posible con un “fuerte compromiso político”; sin embargo, después de aprobar la ley en 2007, las instalaciones del sector público tuvieron dificultades para responder a la demanda.
Se recomienda que las autoridades liberalicen las restricciones legales sobre e implementen políticas que amplíen el acceso a los servicios relacionados con éste.
Aunque la legalidad es el primer paso hacia el aborto seguro, una reforma no es suficiente, puntualiza el informe al señalar que ésta tiene que ir acompañada de voluntad política y una implementación completa para que todas las mujeres puedan buscar servicios de aborto legal y seguro.
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