Tener insomnio, dormir mal o desvelarse por el uso continuo de dispositivos electrónicos elevan hasta en 30 por ciento el riesgo de padecer Alzheimer, de acuerdo con un estudio británico titulado Asociación de la duración del sueño en la mediana edad y la vejez con la incidencia de demencia.
La enfermedad caracterizada por cambios en el cerebro, en la proteína llamada beta amiloide que se acumula provocando inflamación y muerte progresiva de neuronas, afecta aproximadamente a 1.3 millones de personas en México, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.
“Cifra que representa hasta 70 por ciento de los casos de demencia y afecta con mayor frecuencia a las personas mayores de 65 años. Se prevé que la enfermedad se triplique en todo el mundo para 2050 de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, explicó Guadalupe Terán Pérez, presidenta de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño.
Terán Pérez explicó que en el Día Mundial del Alzheimer, cada 21 de septiembre, es importante entender los patrones de la enfermedad ya que la acumulación de beta amiloide, encargada de llevar información entre las neuronas, no completa el proceso de desintoxicación.
“Cuando se duerme mal y poco, por trastornos como el insomnio, por la restricción del sueño para seguir trabajando, estar frente a los dispositivos electrónicos o por cualquier otra causa, es lo que produce esa alteración neurodegenerativa cerebral”, añadió.
La especialista mencionó que, desde hace algún tiempo, “la melatonina de liberación prolongada (Cronocaps) forma parte del tratamiento en pacientes con enfermedad de Alzheimer o algún otro tipo de demencia para que puedan tener un mejor descanso y regular sus ciclos biológicos”.
“Los trastornos de sueño se han identificado como síntomas tempranos del desarrollo de Alzheimer y de otro tipo de deterioro cognitivo; esto significa que tener somnolencia o dormir durante el día y no hacerlo en la noche, puede ser un síntoma primario de esta enfermedad, y en esos casos la melatonina de liberación prolongada es un auxiliar en el tratamiento temprano, además de ser eficiente en pacientes diagnosticados para mejorar su sueño”, puntualizó ¿Terán Pérez.
Los estudios postmortem han encontrado placas de proteína beta amiloide en el cerebro de pacientes con Alzheimer, lo que refuerza la asociación de la falta de sueño con el desarrollo de la enfermedad que afecta de manera progresiva la memoria, el pensamiento y el comportamiento de las personas que la padecen.
Terán Pérez recomendó cuidar los ciclos sueño-vigilia desde temprana edad y acudir con un profesional de la salud, sobre todo si hay antecedente familiar de Alzheimer o de algún otro tipo de demencia para reducir los factores de riesgo como la falta de sueño que se asocian a esta enfermedad.