El 30 de noviembre de 2016, más de 100 mil personas de todo el mundo contribuyeron a un conjunto de experimentos de física cuántica conocidos por primera vez como The BIG Bell Test, que buscaban comprobar o refutar una teoría de Albert Einstein.
Mediante el uso de teléfonos inteligentes y otros dispositivos conectados a Internet, los participantes aportaron bits impredecibles, que determinaron cómo se medían átomos, fotones y dispositivos superconductores en doce laboratorios de todo el mundo.
Los científicos utilizaron el aporte humano para cerrar una laguna obstinada en las pruebas del principio de realismo local de Einstein. Ahora, se han analizado los resultados y se informa sobre ellos en la revista 'Nature'.
Los resultados obtenidos están en total desacuerdo con la cosmovisión de Einstein, cierran por primera vez la laguna de la libertad de elección y demuestran varios métodos nuevos en el estudio del enredo y el realismo local.
En una prueba de Bell (llamada así por el físico John Stewart Bell), se generan pares de partículas entrelazadas como fotones y se envían a diferentes lugares, donde se miden las propiedades de las partículas, como los colores de los fotones o el tiempo de llegada.
Si los resultados de la medición tienden a coincidir, independientemente de las propiedades que elijamos medir, implica algo muy sorprendente: o bien la medición de una partícula afecta instantáneamente a la otra, a pesar de estar muy lejos, o incluso algo más extraño, las propiedades nunca existieron realmente, sino que fueron creadas por la medida misma.
Cualquiera de las dos posibilidades contradice el realismo local, la cosmovisión de Einstein de un universo independiente de nuestras observaciones, en el que ninguna influencia puede viajar más rápido que la luz.
La prueba 'BIG Bell' pidió a voluntarios humanos, conocidos como 'Bellsters', que eligieran las medidas, con el fin de cerrar la llamada "laguna de libertad de elección": la posibilidad de que las partículas influyan en la elección de la medición —tal influencia, si existiera, invalidaría la prueba.
Esta laguna no se puede cerrar eligiendo con dados o generadores de números aleatorios, porque siempre existe la posibilidad de que estos sistemas físicos estén coordinados con las partículas enredadas. Las elecciones humanas introducen el elemento del libre albedrío, mediante el cual las personas pueden elegir independientemente de lo que las partículas puedan estar haciendo.
Dirigido por el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), en Barcelona, el 'BIG Bell Test' reclutó a participantes de todo el mundo para contribuir con secuencias impredecibles de ceros y unos (bits) a través de un videojuego 'online'.
Se enviaron los bits a experimentos de vanguardia en Brisbane (Australia), Shanghai (China), Viena (Austria), Roma (Italia), Munich (Alemania), Zurich (Suiza), Niza (Francia), Barcelona, Buenos Aires (Argentina), Concepción (Chile) y Boulder Colorado (Estados Undios), donde se usaron para establecer los ángulos de los polarizadores y otros elementos de laboratorio para determinar cómo se midieron las partículas entrelazadas.
Los participantes contribuyeron con más de 90 millones de bits, haciendo posible una fuerte prueba de realismo local, así como otros experimentos sobre el realismo en la mecánica cuántica. Los resultados obtenidos están en total desacuerdo con la cosmovisión de Einstein, cierran por primera vez la laguna de la libertad de elección y demuestran varios métodos nuevos en el estudio del enredo y el realismo local.
FM