Con un proceso de quimioterapias que inició en febrero pasado y una intervención quirúrgica donde sufrió de amputación, Geovanna Valdez indicó en entrevista que al ser informada que tenía cáncer, comenzó una carrera por conocer más sobre la enfermedad y para entablar comunicación con otras mujeres.
Lo que supo es que en Coahuila existe una alta incidencia de cáncer de mama, que las mujeres, además del temor que implica la enfermedad, sufren de discriminación, y que siendo madres, la mayoría jefas de familia, deben continuar dando resultados, trabajando para obtener ingresos, y para mantener su entorno familiar, a pesar del sufrimiento.
“Estoy pasando por un proceso, igualmente que las mujeres que luchan contra el cáncer, y en él la parte que a mí más me ha pesado es la parte física: que se te caiga el pelo, tus cejas, tus pestañas, obviamente la mutilación, y empieza esta necesidad de ayudar porque te das cuenta de que la gente se fija mucho en la enfermedad".
“Se fijan y se atiende la parte de los medicamentos, en el que descanses y en la alimentación, pero nadie se fija en la parte física que estás viviendo y creen que como la estás pasando es algo normal pero es lo más pesado porque es con lo que te topas todos los días frente al espejo”.
TRATAMIENTO
Geovanna lleva un proceso avanzado y en ocho meses ha vivido seis quimioterapias. Ahora para el 20 de noviembre le informarán si deberá acudir a radioterapias que serían de 35 a 40 intervenciones, y después de ello podría avanzar en cuanto a la reconstrucción.
“Es un proceso largo que de verdad es muy tedioso o pesado. Es agotador porque al final del día somos mujeres, muchas trabajamos, somos mamás, y también cuando te ven sana y fuerte, a los de tu alrededor se les olvida que tú estás pasando por este proceso".
"En mi caso tengo dos hijos: Camilo y Mateo de 10 y 9 años, que quieren que funcione uno al cien por ciento porque la mujer es el pilar de la casa, aunque todos los tratamientos son muy pesados”.
Geovanna dijo que las mujeres son por naturaleza bonitas, pero cuando se habla de cáncer la gente se enfoca a conseguir el medicamento, de acelerar el protocolo en el seguro social, pero se olvidan de la apariencia, que también requiere atención y es costosa.
“Gracias a dios está la posibilidad, vamos a traer el concierto de Ha-Ash este próximo 7 de diciembre en el Coliseo y todo lo recaudado, como es un concierto con causa, va a ser para mujeres, porque queremos donar pelucas, turbantes, quiero donar tatuaje de ceja, microblading, de pelo por pelo, pestañas que te ponen de mink, muy padres, y prótesis más reales, de silicón, que te dé equilibrio en el cuerpo. Será para ayudar a esta causa, porque sí se necesita mucho”.
CAMBIO DE IMAGEN
Aunque dijo que la estética se puede considerar en segundo término cuando se vive una contingencia de salud, estableció que la percepción social afecta la autoestima de las mujeres y que en esta ocasión se piensa en su seguridad ofreciéndoles lo que se vislumbra como un cosmético innecesario.
“A ninguna mujer le gusta que la vean fea y queremos que la gente vaya al concierto. Falta mucha difusión, estamos a un mes del concierto, apenas empezará la pauta en los medios pero sí va bien la venta. Creo que cuando la gente se entera de que es con causa, es diferente y eso se presta para que se anime a ir al concierto”.
Geovanna dijo que con lo recaudado se podría apoyar a alrededor de 86 personas: sea sólo con peluca, tatuajes, o prótesis. Si fuera de cero, acotó que se podrá apoyar a unas 60 personas.
“Hay más asociaciones que ayudan y apoyan. Hay pelucas hasta de 30 mil pesos. La gente compra de mil ó 2 mil pesos y se ven brillosas, falsas. Una hecha para ellas anda entre 7 y 15 mil pesos, depende del largo. La cejas te vale de 2 mil 500 a 3 mil 500 pesos, las pestañas unos mil 500. Luego viene el mantenimiento, el retoque y luego van al año”.
En suma, comentó que una quimioterapia puede dañar incluso la dentadura. Las mujeres que han sido sometidas a un procedimiento de quimioterapia no sólo deben resolver los aspectos de salud y emocionales, sino esas cicatrices que dejarán los procedimientos invasivos. Sea una cirugía o las huellas de las quimioterapias.
“Yo creo que me voy a quedar corta para poder seguir ayudando. Yo quiero que se cuiden. Te invito a que te cheques, a que te cuides porque yo al igual que tú jamás pensé estar de este lado y el prevenirlo es muchísimo mejor que lamentarlo”, concluyó.