En los primeros días del año, millones de personas toman algunas resoluciones que buscan mejorar su vida; pero, a medida que pasa el tiempo, a menudo el entusiasmo se diluye y todo se queda en buenas intenciones y mucha frustración. ¿Existe un secreto para cumplir nuestros propósitos de Año Nuevo? La ciencia dice que sí.
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Cada año es la misma historia: te inscribes al gimnasio con el firme propósito de perder peso, tonificar la musculatura o llevar una vida más sana; te fumas un último cigarrillo antes de dejar el vicio “para siempre” y te despides de los pastelitos, las fritangas y la comida grasienta; o bien, inicias el año meditando, te alejas de tus amigos y amigas tóxicos, visitas a tu mamá, empiezas a ahorrar para el futuro o te empeñas en ya no ser tan enojón, aprensiva, depresivo, celosa, dependiente, impuntual o lo que sea que desees cambiar de tu personalidad.
Todo marcha bien los primeros días. Pero por ahí del fin de enero, empiezas a flaquear: “Tengo flojera; faltaré hoy al gimnasio”, “Estoy muy nervioso, me echaré un cigarrito nomás, ya luego retomo”, “Qué rico se ve eso… una probadita nada más, no va a pasar nada”, “Voy a tomar mil pesos del ahorro nada más, luego los repongo”. Y así, poco a poco, tus propósitos se desvanecen y antes de que termine el primer trimestre del nuevo año, has vuelto a tus viejos hábitos de siempre y muchas veces te invade una sensación de frustración o culpa por tu incapacidad de cumplir lo que te propones.
¿Qué es lo que falla? ¿Qué es lo que hace falta para cumplir los propósitos? Al parecer, todo radica en el alcance de los propósitos que uno se fija y el modo en que uno acomete la tarea. O al menos eso es lo que dice la ciencia.
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Según la psicoterapeuta Rachel Weinstein, directora de Adulting School, el secreto radica en fijarse propósitos de Año Nuevo que resulten factibles y realistas, pues a menudo las metas que nos fijamos al iniciar el nuevo año se basan en la creencia de que podemos ser personas completamente distintas de un día a otro. “Los cambios se dan paso a paso a lo largo del tiempo”, explica Weinstein. Además, la terapeuta recomienda que cualquiera de los propósitos que nos fijemos debe ser fácil de cumplir desde el día 1; el éxito al alcanzar una meta relativamente sencilla fortalecerá tu autoestima y con esta confianza en ti mismo será más fácil acometer propósitos más difíciles.
Por otro lado, está el tema de la procrastinación. El doctor Timothy A. Pychyl, del Departamento de Psicología de la Universidad Carleton —en Ottawa, Canadá—, quien es autor de libros sobre el tema, aconseja que si uno desea tener éxito en un propósito de Año Nuevo, debe empezar lo más pronto posible. Si tu meta es perder peso, empieza tu dieta hoy mismo; si lo que quieres es correr un maratón, compra un par de zapatos deportivos cuanto antes y empieza a trotar mañana mismo. Y además, de acuerdo con el dr. Pychyl, es importante no compartir tus propósitos con la demás gente, pues esta simple acción, por sí misma, te brinda sentimientos de satisfacción como si ya hubieras cumplido tus metas.
Finalmente, el psicólogo Joseph Luciani sugiere que, si has emprendido otros propósitos en el pasado y has fracasado, lo primero que debes hacer es perdonarte a ti mismo y cambiar tus propósitos por unos que sean alcanzables. “Disciplinarse a ti mismo es un proceso gradual —sostiene Luciani—, y en la medida que vayas acumulando pequeños éxitos irás percibiéndote como una persona distinta”.
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En resumen, el secreto para cumplir tus propósitos de Año Nuevo puede sintetizarse en cuatro puntos:
- Que tus propósitos sean realistas, factibles y realizables desde el primer día. No esperes cambiar hábitos de años o ser una persona totalmente distinta de un día al otro.
- No postergues e inicia cuanto antes. Empezar hoy mismo a llevar a cabo las acciones necesarias para cumplir tus metas es el único camino al éxito.
- No hagas públicos tus propósitos de Año Nuevo. En lugar de eso, escríbelos en algún lugar al que sólo tú tengas acceso, mantente firme y espera a ver los primeros resultados satisfactorios para compartir tu éxito con tu gente cercana.
- Si fracasaste, cambia tus propósitos por unos más realistas. No tiene nada de malo equivocarse, y es mejor triunfar tras cambiar una meta que fracasar y sentirse mal conservando el mismo propósito.
FM