Desde los diez años de edad, César David es cuidador de su madre quien tiene esquizofrenia, trastorno mental grave, crónico y altamente discapacitante el cual se caracteriza por distorsiones en el pensamiento, emociones, lenguaje y comportamiento ya que oyen, huelen, ven, tocan o sienten cosas que no están presentes.
“Mi mamá empezó con síntomas cuando yo tenía diez años; los cambios fueron muy repentinos, falleció mi abuela, mi madre cayó en una depresión y empezó a cambiar su comportamiento dado de qué familiares le empezaron a llevar con sacerdotes y grupos así, hasta que llegó a una clínica en Monterrey y le diagnosticaron justamente”, explicó César David.“Es difícil trabajar todos los días con un paciente con esquizofrenia, las 24 horas del día y los fines de semana, incluso ya tenido dos recaídas. Yo entendí que es posible darle una buena atención con medicamentos y cuidando su comida, evitar pensamientos de qué a veces están fingiendo, incluso he desarrollado la capacidad de detectar cuando echa mentiras o dice la verdad”, precisó en el Día Internacional de la Esquizofrenia.
Su mamá se encuentra en un protocolo farmacológico el cual le ha permitido reducir el número de fármacos, de seis bajó a tres, recordó César David.
Además, ella se ha vuelto más independiente. “Yo me levanto junto con ella a las cinco de la mañana. Ella se hace de desayunar y yo le dejo los alimentos que debe de comer por la tarde. Me voy a trabajar desde las siete de la mañana a las cinco de la tarde. Llego por la tarde y he visto que mi mamá está bien, aunque está sola, en situaciones de orden y por supuesto que soy muy cuidadoso al no tener gas natural, cierro cualquier tipo de perilla, también los contactos los protejo y diversas medidas para evitar accidentes”.
Ser cuidador puede llevar a cualquier a un calabozo cuando se carece de terapeutas y de los tratamientos adecuados, “ya que hay casos aún más graves que los de su madre, y la familia no se la pasa nada bien”.
En México, uno de cada 100 personas tendrá esquizofrenia: experto
En México, más de un millón de personas viven con esquizofrenia; “afecta al uno por ciento de la población, es decir, uno de cada 100 personas en el mundo vivirán esa situación”, dijo Jesús Ramírez Bermúdez, neuropsiquiatra del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, tras referir que Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 20 millones sufren esquizofrenia, pero existe un subregistro, por lo que la tasa en América Latina puede ser aún mayor.
“Uno de los signos más tempranos de esta enfermedad es la problemática en el comportamiento social, en las emociones que viven en esa condición; por lo general, las personas se aíslan socialmente de forma temprana, puede ser uno de los primeros signos o síntomas, se involucran menos con sus seres queridos, pueden mostrarse indiferentes ante personas que antes despertaban alguna reacción emocional, frecuentemente hay ansiedad”, aseveró el neuropsiquiatra.
Ramírez Bermúdez precisó que no se debe confundir una personalidad más introvertida con esquizofrenia porque el diagnóstico debe de hacerlo un especialista que puede efectuar el análisis a lo largo de seis meses. “Hay que descartar lo que se tiene que descartar. Es un asunto que requiere seriedad, por su puesto.
“Claro, existe un retraso en el diagnóstico certero. Tengo un paciente que tuvo, no una semana sino años de retraso en el diagnóstico. Un estudio estableció que alrededor de 50 semanas desde que iniciaban los síntomas y se daba la atención médica adecuada”, explicó.
La enfermedad también se relaciona en la esfera intelectual: problemas de atención, memoria, velocidad de respuesta al solucionar un problema y la capacidad de abstracción, y esto llevará a más síntomas más llamativos que, desafortunadamente generan una serie de mitos sociales porque tienen experiencias alucinatorias.
“Ven, escuchan e incluso sienten en su cuerpo experiencias que no corresponden a la realidad, pero que para ellos resultan reales. Lo más común son las auditivas, de voces, entre otras que puede llevar a que tengan comportamientos erráticos, difíciles y de riesgo para sí mismo“, aseveró.
De igual manera, abundó, se presentan delirios de persecución y de querer ser dañado; “pueden ser tan intensas que las personas los creen reales y eso es una de las dificultades para tratar a pacientes con esquizofrenia, cuando entran en esa etapa de psicosis. Hay que ser muy empáticos porque detrás hay mucho sufrimiento”, detalló.
Por lo regular, las personas con esquizofrenia tienen problemas para interactuar con su familia, en el ámbito escolar, laboral y social.
La enfermedad tiene una base genética y social cuando hay poca estimulación en etapas tempranas en la vida, algunas experiencias adversas en la infancia.
“Hay enfermedades como el autismo, el trastorno bipolar que tienen un riesgo genético mucho más alto que otras condiciones psiquiátricas, incluso, que la depresión. Incluso, la herencia genética es mucho más alta en la esquizofrenia que el cáncer de mama o la enfermedad de Alzheimer."Hay que entender que no todo tiene su origen en la genética. Sí, es un factor de riesgo muy importante, pero también importa el desarrollo y toda la influencia social antes del nacimiento, dentro del útero y los eventos perinatales”, dijo Ramírez Bermúdez.
"La enfermedad mental puede aparecer a la edad de 15 años en hombres y de 25 a 32 en mujeres, siendo ligeramente mayor en varones en una relación de 1.2 a 1.4 por cada persona del sexo femenino”, sostuvo.
Comentó que a través de imágenes cerebrales presenta que las personas que viven con esta condición tienen cambios en el hipocampo, en la amígdala en la corteza frontal y en la temporal.
“Es muy importante descartar otros problemas mentales que pueden ser muy parecidos. Se requiere hacer un examen físico y neurológico, el consumo de sustancias, sobre todo de mariguana, entre las personas que tienen un consumo constante."Quiero aclarar que no todas las personas que consumen mariguana tendrán esquizofrenia o algo parecido, pero sí, hay que destacar que aumenta el riesgo. Hay que descartar también el consumo de cocaína, hacer estudios para descartar problemas hormonales de la glándula tiroides o por anticuerpos que atacan el sistema nervioso, epilepsia u otras condiciones.
"Los traumatismos graves también pueden tener manifestaciones parecidos en los receptores del cerebro. Son varios aspectos que se deben descartar antes de llegar a decir que se tiene esquizofrenia".
Lamentablemente, precisó, se llega al diagnóstico de manera tardía y, por ello, se debe tratar de manera integral. “No hay los suficiente servicios de atención mental en todos los niveles, además, México tiene muy pocos psiquiatras, psicólogos, psicoterapeuta adecuadamente entrenados y formados. Requerimos más recursos humanos en salud mental”, aseguró.
Las personas que padecen esquizofrenia tienen una probabilidad de dos a tres veces mayor de morir prematuramente que la población general, a menudo por causa de enfermedades físicas tales como cardiovasculares, metabólicas o infecciosas.
De acuerdo con el especialista, “pese a que no se ha distinguido una causa única de la esquizofrenia, se considera que esta puede estar provocada por la interacción entre la genética y una serie de factores ambientales. Los factores psicosociales también pueden afectar al desencadenamiento y el curso de la esquizofrenia. El consumo excesivo de cannabis se asocia con un riesgo elevado de padecer el trastorno, donde no haya discriminación, incluso entre los profesionistas de salud”.
Nuria Marcos, directora Médica, Regulatoria y Calidad de Lundbeck MAC, refiero que sólo el 19 por ciento de los casos son realmente tratados, un poco más alto que otros padecimientos por la sintomatología. “No obstante, el diagnóstico sigue siendo bajo y existe un subtratamiento de la enfermedad”,
“Existe una necesidad de medicamentos innovadores para el tratamiento de trastornos psiquiátricos, en 2019 invertimos 467 millones de dólares en investigación y desarrollo para descubrir moléculas con menos efectos adversos”, detalló.
JLMR