En Tamaulipas, investigadores realizan un estudio sobre una planta que inhibe el crecimiento de células cancerosas. La investigación forma parte de las actividades que se realizan en el Instituto de Ecología Aplicada (IEA) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).
El investigador de la IEA, Fabián Eliseo Olazarán Santibáñez, impartió la conferencia virtual “Perfil fitoquímico y farmacológico de extractos de plantas con uso medicinal”, y aseguró que su trabajo busca recuperar la importancia de la cultura de la medicina basada en plantas, que, debido al avance de la tecnología farmacológica, se ha ido perdiendo.
Presentó una serie de avances en materia de química farmacéutica, cuya finalidad fue evaluar los compuestos naturales que puedan ayudar a combatir padecimientos como el cáncer.
Detalló que sus líneas de investigación son la etnobiología, etnobotánica y etnofarmacología, “las cuales abren la pauta para lo que conocemos como farmacognosia, ciencia que se ocupa del estudio de los metabolitos secundarios y los principios activos (biofármacos) de origen natural: vegetal, microbiano o animal”.
Comentó que se trabaja en la extracción, purificación e identificación de biofármacos con actividad antimicrobiana, antidiabética o antineoplásica, colaborando con la Universidad de Texas, la Universidad Autónoma de Nuevo León y universidades de Colombia y Canadá.
Cola de caballo
Dijo que esto ha permitido desarrollar un proyecto para analizar la planta conocida como cola de caballo (Equisetum myriochaetum), probándola por su actividad antineoplásica, es decir, aquellas sustancias que impiden el desarrollo de células tumorales malignas.
“Realizamos una colecta en Los Troncones, en Ciudad Victoria; hicimos una extracción etanólica de la planta, y se evaluó su actividad con células SiHa (cáncer cervicouterino), encontrando que este extracto presentaba una inhibición del crecimiento de estas células, y es por eso que se realizó el análisis fitoquímico”.
Añadió que dicho estudio aportó al conocimiento químico y biológico de las especies Jatropha dioica (sangre de drago) y Equisetum myriochaetum, lo que permitió identificar diferentes biofármacos, y se evidenció qué extractos presentaron actividad antimicrobiana y antineoplásica.
Puntualizó que la UAT sigue trabajando para ampliar el campo de estudio y abonar al sector de los fitofármacos usados para tratar algunos tipos de cáncer.
Encuestas para conocer si población usa plantas medicinales
En otros proyectos, mencionó que se hizo un estudio sobre el conocimiento empírico de plantas con uso medicinal, el cual se desarrolló en los municipios de Victoria, Hidalgo, Güémez, Padilla, Jaumave y Llera.
Señaló que se elaboraron encuestas para conocer la aceptación, el uso y la perspectiva acerca de las plantas y conocer las especies usadas en la región, donde se identificaron treinta y seis especies, siendo manzanilla y hierbabuena las de mayor frecuencia.
De ese trabajo, explicó el investigador, se desprendió el estudio “Sangre de drago (Jatropha dioica) con actividad antifúngica”, sobre esta especie utilizada para hacer champú anticaspa.
“Esta planta se encuentra en Jaumave en climas secos y semisecos. Se hizo la extracción de los compuestos, luego se realizó la evaluación de la actividad antifúngica para ver si eliminaban los hongos”.
Concluyó que, luego de un análisis farmacológico de la sangre de drago, se logró identificar dos moléculas que hacen una función similar a la de algunos fármacos usados para combatir hongos.
EAS