Es impostergable una adecuada armonización jurídica para evitar la violencia obstétrica, señalan investigadores al demandar un marco legal que garantice un trato digno a las futuras madres y un nacimiento humanizado.
“Se recomiendan adecuaciones a la Ley de Salud del Estado para el reconocimiento de la doula como parte del personal sanitario”, señaló la investigadora Alma Delia Gámez Huerta.
En su Análisis de la Violencia Obstétrica del Sistema de Salud, la doctora en Ciencias Sociales por el Colegio de Tamaulipas, hace ver la necesidad de garantizar una maternidad digna y un nacimiento cobijado por el respeto a los derechos humanos.
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¿Qué es una doula?
Una doula es una persona, generalmente mujer, que informa, apoya y acompaña en el proceso vital de la maternidad. No atiende partos ni realiza tacto, mucho menos aplica tratamientos o hace diagnósticos. Cuando la madre necesita algo que va más allá de su competencia, se deriva al profesional correspondiente.
Estudios han demostrado que el apoyo emocional de la doula tiene beneficios durante el parto, tales como reducción de cesáreas y acorta la duración de los partos.
“Es factible que en el Capítulo V De la Atención Materno-Infantil y del Adolescente, se adicione en el artículo 29 el reconocimiento de los derechos humanos de la mujer gestante y en especial, indicar la importancia y el compromiso por parte del sistema de salud de Tamaulipas en la prevención de la violencia obstétrica y del fomento del parto humanizado en beneficio de la madre, el recién nacido y su familia”.
Añade que la mujer gestante, tiene el derecho de estar acompañada (antes, durante y después del parto) por la persona de su confianza, pudiendo esta ser su pareja sentimental, familiar, amistad, doula, independientemente de que la atención médica sea en una institución de salud pública o privada.
“Es urgente la creación de la ley para la protección del nacimiento humanizado, con el fin de garantizar la protección de los derechos humanos de las mujeres gestantes y de la persona recién nacida”.
Se busca con ello, el reconocimiento e implementación obligatoria del parto humanizado, el respeto a la dignidad de la mujer gestante, mejorar la atención médica, fomento de la salud emocional y el acompañamiento (por parte de la pareja sentimental, familiar, amistad o doula) bajo los criterios y recomendaciones de la ONU, OMS y OPS para garantizar el respeto de una maternidad digna y así erradicar la violencia obstétrica en los centros de salud.
La investigadora recomienda la creación del Observatorio Multidisciplinar para el Estudio de la Maternidad y la Violencia Obstétrica para hacer trabajos de investigación que promuevan el respeto y protección de la maternidad, la crianza respetada, así como la erradicación de la violencia obstétrica.
CGCH