Una de las partes más importantes del cuerpo femenino es sin duda nuestra vulva. Los cambios en ella pueden advertirnos algunos signos y síntomas de enfermedades de transmisión sexual que no deberían pasar inadvertidas para consultar rápidamente a nuestro médico, por lo que conocerla a profundidad es importantísimo.
Sin embargo, comprendemos que quizá, por los tabúes, prejuicios y falta de información al respecto puede ser que no te hayas tomado el tiempo de inspeccionarla y conocer su aspecto. Es por esto que con la ayuda de especialistas de Marie Stopes te dejaremos una pequeña guía sobre cómo revisarla y los síntomas que debes descartar.
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Conocer y revisar tu vulva
El nombre y la anatomía
Lo primero que tienes que saber sobre esta parte de tu cuerpo, a la que usualmente llamamos simplemente "vagina" en realidad se llama vulva, y que comprende los órganos externos de tu aparato reproductivo, como son los labios vaginales, el clítoris, el orificio uretral (por donde orinamos) y la apertura vaginal.
La vagina es en realidad un órgano interno realmente flexible que conecta la vulva con el cérvix y el útero. Es aquí por donde entra el pene, los juguetes sexuales, los tampones y la copa menstrual y salen los bebés y la sangre menstrual.
Revisa su aspecto normal
Busca un lugar en el que te sientas cómoda, y en donde te puedas recostar.
Recorta sólo un poco el exceso de vello púbico para que puedas ver mejor. No lo quites todo, está ahí por una razón.
Toma un espejo de tamaño considerable, que esté lo más cerca posible y que te permita observar bien los detalles.
Recuéstate cerca o debajo de una lámpara y abre las piernas.
Coloca el espejo frente a tu vulva y observala y tócala si es necesario. Separa los labios y mueve el vello para ver mejor. Es recomendable que tomes una fotografía para que en el futuro tengas con qué comparar.
¿Qué debes buscar?
Cada vulva es diferente, por lo que es difícil describir una vulva sana, pero según los especialistas, estas son las señales y síntomas de algunas enfermedades de transmisión sexual, por lo que si encuentras alguna, deberías ir de inmediato al ginecólogo.
- Cambios de coloración debajo o al rededor de los labios vaginales: podría ser una señal de infección.
Manchas blancas: puede ser señal de liquen escleroso.
Una sola llaga: puede supurar o no y generalmente no duele y podría llegar a desaparecer. Sin embargo si encuentras una de estas, aunque después se vaya, puede ser un síntoma de sífilis.
Enrojecimiento de la vulva, secreción vaginal blanca o que cambie de color al normal y apestosa. Ardor y comezón. Estos son síntomas de la cándida, la infección más común y que no necesariamente se transmite por tener relación sexuales.
Ampollas dolorosas: Si encuentras varias ampollas de color rojo que además duelen y causan comezón, podría ser un síntoma de herpes genital.
Tu vulva es una zona muy delicada que requiere atención, sacúdete la pena y los prejuicios, conócela y cuídala. Recuerda también que es importante que utilices condón con todas tus parejas. Visita a tu ginecólogo por lo menos una vez al año.
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