La prevalencia de la enfermedad renal en México es del 12.2 por ciento -por encima del 10 por ciento a nivel mundial- y tiene una tasa de 51 defunciones por esta causa por cada cien mil habitantes, informó Jorge Alcocer, secretario de Salud tras referir que 17 mil 268 pacientes están en espera de un riñón y en muchos casos es la única alternativa para recuperar la salud o salvar la vida.
La enfermedad ha ido creciendo. México, en 2017 se reportó una prevalencia de ERC (Enfermedad Renal Crónica) de 12.2 por ciento en la población y 51.4 muertes por cada 100 mil habitantes. En 2019, la mortalidad se incrementó a 58.06, y fue la tercera causa de defunciones.
Es la diabetes la principal causa de ERC. Se estima que 6.2 millones de personas sufren ambos padecimientos en sus distintas etapas.
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Otras causas son la hipertensión arterial, la obesidad e infecciones, antecedentes congénitos, problemas obstructivos, daños por fármacos, suplementos alimenticios no prescritos y enfermedades autoinmunes.
“Alarmante es que estos datos van a la alza, pues a pesar de que la mayor parte de las causas de enfermedad renal son prevenibles, la prevalencia de la hipertensión, de la diabetes y de la obesidad siguen en aumento”, añadió en el Día Mundial del Riñón.
Como ejemplo están los datos de la ENSANUT 2020, donde se estimó que la prevalencia de diabetes en adultos fue de 15.6 por ciento y de hipertensión arterial 30.2 por ciento.
Y qué decir de las causas de enfermedad renal crónica no estudiadas que necesitan ser igualmente atendidas y que son consecuencia de la globalización, el uso de agroquímicos y la desigualdad social reflejada en jornadas laborales extenuantes, la falta de acceso al agua potable y la automedicación.
“Me refiero desde luego a la nefropatía mesoamericana, que golpea a las y los trabajadores del campo de las comunidades de Centroamérica, incluyendo al sur de nuestro país. Patología recientemente reconocida y poco atendida.
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“Sin olvidar el daño renal por la toma de suplementos, prácticas tan arraigadas en nuestra cultura, o la disfunción renal secundaria a enfermedades autoinmunes o por fallo de otro órgano como en el síndrome cardiorrenal o hepatorrenal”, dijo.
La enfermedad renal, dijo, no da síntomas hasta que su capacidad se reduce a menos del 15 por ciento, momento en el que se necesita remplazar su función mediante diálisis o en el mejor de los casos un trasplante de órgano.
La enfermedad renal no respeta edad, género, ideología o estado social, aparece en el entorno urbano y también en el rural. Puede afectar a cualquier persona y sus consecuencias son devastadoras para nuestros pacientes, sus familias y nuestro sistema de salud.
Por ello, explicó, hoy más que nunca necesitamos reconocer que la prevención es el factor clave para evitar enfermedades renales, como las acciones para la promoción y prevención de la enfermedad renal en Querétaro que comunicó el doctor Ugalde Zarazúa.
“No hay mejor lugar que en la propia comunidad para implementar buenos hábitos de salud, que se realizan en diferentes entidades estatales, como Guerrero, la nueva sede de la Secretaría de Salud.
“Necesitamos aplicar las mejores prácticas en beneficio de la salud, entre ellas: el consumo suficiente de agua potable, el ejercicio regular, evitar el sobrepeso y la obesidad, reducir el consumo de sal, evitar alimentos ultra procesados o con aditivos de fosfato, así como de bebidas azucaradas, tabaco y en la medida de lo posible antiinflamatorios”.
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Fundamental el diagnóstico temprano, como señaló el doctor Edgar Dehesa López, e incidir en su evolución mediante modificaciones en sus hábitos y estilos de vida y un tratamiento apropiado de sus enfermedades de base.
“Necesitamos, además, garantizar un acceso equitativo a los servicios de salud, ya que es precisamente en las comunidades donde más se resiente la carga de la enfermedad renal, tanto por sus causas como en su tratamiento”.
Las diferencias en la atención de la enfermedad renal a lo largo de nuestro país son reflejo de un sistema inequitativo y fragmentado, pues no reconoce las verdaderas necesidades de nuestras comunidades. En eso estamos trabajando en el Sector Salud.
“En la actualidad invertimos más de la mitad de nuestros recursos destinados a la salud en la atención de las enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas la enfermedad renal crónica.
“Si no disminuimos el número de pacientes con esta enfermedad que llega a etapas tardías, el impacto tanto por gastos de atención como por pérdida de años de vida saludable pondrá en grandes problemas a nuestro sector”, detalló.
Alcocer explicó que debemos implementar y operar una estrategia nacional que haga frente al creciente problema de la enfermedad renal crónica en México, centrada en el paciente, aplicada en las comunidades y basada en la prevención, así como la creación de un registro nacional de pacientes con enfermedad renal, para poder comprender a mayor profundidad las características de la enfermedad en cada región de nuestro país y saber enfocar nuestros esfuerzos donde mayor falta hacen.
“No debe quedar duda que el pilar fundamental en la atención de la enfermedad renal es la prevención. Ningún sistema de salud es suficiente en recursos económicos e infraestructura si se enfoca en atender la enfermedad en etapas terminales”.
Y es necesario pues, la creación de una política universal de donación y trasplantes, que garantice la trazabilidad, el destino y la funcionalidad de cada órgano, desde su donación, su adecuada procuración, el propio trasplante y su seguimiento posterior para evitar el rechazo inmunológico.
“Trabajemos en equipo con una visión de cambio, construyendo un modelo sanitario basado en la prevención y el diagnóstico temprano, así como el acceso equitativo a los servicios de salud”, explicó.
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El Día Mundial del Riñón tiene el propósito de generar conciencia y proveer información sobre las enfermedades renales, su prevención, causas, consecuencias y otros temas de interés.
La prevención de este problema implica mantener el peso adecuado, alimentación saludable, reducir el consumo de sodio, beber agua simple potable, actividad física regular, evitar la automedicación, mantener en control los niveles de glucosa y presión arterial y evitar el consumo de tabaco.
En 2021 se realizaron mil 971 trasplantes renales; de los cuales 76 por ciento fue de donador vivo y 24 por ciento de donante fallecido.
La cultura de la donación es indispensable para atender el rezago y necesidades crecientes de personas que esperan un órgano.
El sector Salud hace un llamado a la población para descargar la tarjeta oficial de donación voluntaria de órganos o tejidos que se encuentra en la página www.cenatra.gob.mx/dv/index.php e informar a familiares su deseo de donar.
Este año, el lema del Día Mundial del Riñón es “Salud renal para todos en todas partes”, e involucra a la comunidad médica, científica, pacientes, personas tomadoras de decisiones, autoridades gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil (OSC) y fundaciones internacionales.