El 20 de septiembre entrará en vigor las nuevas disposiciones a la Ley General de Salud que establecen que productos ultra procesados como pastelillos, donas, chocolates y galletas; pan de caja, pizzas congeladas, palomitas de microondas, tortillas de harina empaquetadas y todo tipo de frituras ya no deberán contener aceites parcialmente hidrogenados conocidos como grasas trans, las cuales, son utilizadas por la industria de alimentos y de bebidas para lograr que sus artículos duren por meses, sin oxidarse y echarse a perder en los anaqueles.
En el Diario Oficial de la Federación, el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó, el 24 de marzo de 2023, el decreto que adiciona el artículo 216 Bis a la Ley General de Salud donde se establece dicha obligatoriedad de eliminar las grasas trans de esos productos por generar afecciones cerebrales y coronarias severas y mortales en el consumidor. Además, estableció un periodo de 180 días para su entrada en vigor.
El 25 de abril, Hugo López-Gatell, Subsecretario de Salud, explicó que las grasas trans solo tienen un “propósito” que es “aumentar la duración del producto, que no se vuelva rancio, para decirlo de manera muy clara, rápidamente; desde luego el interés de hacer esta transformación química, o esta adicción química es un interés comercial. La industria alimentaria a lo que se dedica es a ganar dinero, no a nutrir al país”.
En entrevista con MILENIO, Alberto Campos, de despacho Sánchez Devanny y asesor de la industria de alimentos y bebidas ultra procesados consideró que se trata de “una restricción confusa en cuanto a su implementación. No en cuanto a su interpretación o contenido.
“Si nosotros leemos el artículo, pues es claro que es una restricción del uso de este tipo de productos hasta el 2 por ciento; nuevamente, ¿Cómo lo calculo? ¿Cómo lo determino? ¿Son adicionados o no son adicionados? ¿Qué significa que sean adicionados durante el proceso de elaboración?”.
El representante legal de algunas marcas de la industria de alimentos y bebidas dejó en claro que la Comisión para la Protección Contra los Riesgos Sanitarios (Cofepris) jamás publicó los reglamentos ni los lineamientos ni las norma técnicas oficiales sobre “cómo interpretar e implementar” la restricción de reducir al 2 por ciento de las grasas trans en dichos productos, por lo que en caso de intentar cancelar la producción o de sancionar económicamente a las empresas interpondrán amparos o bien impugnarán dicha ley por clasificarla de “inconstitucional”.
“Sí, podría haber quién determine impugnar la ley por algunos temas de inconstitucionalidad. También puede venir verificaciones por parte de la autoridad en la que se determine que se está violando ese contenido máximo, o el contenido en ese tipo de grasas en los productos.
"Podrán ser sujetos a una sanción, una sanción específica que se encuentra dentro de la propia Ley General de Salud. Ahora, las sanciones son muy variables, pero en algunos casos podría, incluso, suspenderse la producción, suspenderse la comercialización. Entonces la afectación puede ser muy alta y, otro punto importante, es que también para los consumidores esto podría representar encarecimiento".
La industria de alimentos y bebidas sabe que debe de cumplir con la ley “sabemos que entra en vigor el 20 de septiembre, pero no se han emitido son esas disposiciones reglamentarias. Entonces cómo voy a determinar yo, como sujeto obligado al cumplimiento, pues va a haber muchas formas en las que yo pueda llegar a decir es el 2 por ciento, cumplo con la limitante en el nivel máximo permisible. Puede haber formas distintas de llegar a ese cálculo”.
También aclaró que en 180 días es imposible acabar con los productos que aun se encuentran en los anaqueles y que, por el bien de los empleos, será preciso que estos se agoten.
En tanto representantes legales exigen que la Cofepris esclarezca cómo lograr ese proceso de reducción de grasas trans en sus productos e insisten en seguir una fórmula sobre el proceso de producción hasta tener el producto acabado, organizaciones que han impulsado esta iniciativa consideraron que la ley salvará vidas
Claudia Moreno, asesora Legal de Salud Justa detalló que “se tiene proyectado que se podrán evitar alrededor de 13 mil muertes anuales en México con la correcta implementación de esta reforma.
“En Salud Justa no tenemos, hasta el momento, ninguna retroalimentación, ninguna noticia de que la Secretaría de Salud ya haya trabajado en estos reglamentos, en estos lineamientos, no que establezcan cosas más técnicas; sin embargo, desde Salud Justa también estamos muy tranquilos porque creemos que el decreto es muy claro y deberá entrar sin ninguna complicación el día 20 de septiembre. La ley se sostiene por sí misma”
La disposición contra las grasas también aplicará a los puestos de garnacha y a los restaurantes que elaboran comida. Sin embargo, la especialista consideró que hay una gran diferencia con los productos ultra procesados, los cuales, “carecen de valor nutricional” y no tienen comparación con las tortillas hechas a mano, con los bolillos que salen de las panaderías y demás alimentos típicos mexicanos.
“Las galletas, chocolates, palomitas de microondas, tortillas de harina empaquetadas, básicamente, es el gran grupo de alimentos donde se encuentran las grasas trans. Y, digamos, les llamamos alimentos porque es algo que se consume como tal, pero realmente si vemos el valor nutrimental que te puede dar comer un pan empaquetado, realmente no es algo que te nutra sustancialmente o que sea necesario su ingesta”.
Si bien esperan que la industria de bebidas y alimentos tramite amparos, México está cumpliendo con lo solicitado por la Organización Mundial de la Salud, el pasado 3 de febrero de 2023, donde exhortó a que “tiremos las grasas trans al basurero de la historia” y se ofrezcan opciones más saludables dado a que este tipo de grasas son tan letales que causan 500 mil muertes cada año en el mundo por saturar las arterias de colesterol y propiciar infartos de miocardio, muertes por cardiopatías.
LG