A más de una década y con el impulso de Susana Dingler, se conformó el primer equipo de Tanatología en Torreón.
Ahora son diez las voluntarias que ayudan a cerrar ciclos de vida en los hospitales, trabajando de la mano con el equipo médico, los pacientes y familiares en momentos de crisis.
En el deceso de una persona y posterior, con el duelo que se debe enfrentar.
“Nos brindaron un espacio y creamos el Salón de Tanatología en el Hospital Universitario, que es el primer salón que existe en el norte del país y el único en la Comarca Lagunera", declaró Susana Dingler.
“Se empezó en el 2004 a venir al HU. Diferentes voluntarias han pasado nada más que yo soy la más antigua. Los médicos vieron la importancia porque primero se desconocía lo que hace un tanatólogo y luego entendieron la función como un servicio para el personal de salud y para los enfermos”.
De lunes a viernes las labores inician desde temprano con un rondín en todas las áreas.
Si existe un paciente que requiere especial atención el personal de enfermería les pide acudir.
Pero ellas extienden la tarea con los familiares, quienes son atendidos en una sala especial, ubicada en el primer piso del HU.
GRUPO DE TANATOLOGÍA
Dirigido por Dingler, el equipo lo conforman Susana González, Mónica Pérez, Coco Garza, Gabriela Juárez, Alicia Lira, María Fernanda Pérez, Lucy Rodríguez, Rocío Delgado y Victoria Robles, quienes consideran a la persona como un ser espiritual, condición que establece la experiencia humana.
Es por ello que se respeta la religiosidad que manifiesta el paciente. Las conversaciones que se mantienen son totalmente confidenciales y en ellas se explora la posibilidad de ayudar.
“Como tú eres ajena a la familia, ahí no existe un lazo que impida la comunicación, pueden decirte lo que necesiten, alguna cosa que nunca han confesado, quieren ver a alguien y tal vez no le pueden decir a la familia que lo traigan al hospital, o te confían algo de su pasado que vienen arrastrando, entonces ahí intervenimos nosotros, respetando totalmente la voluntad de la persona”, precisa Mónica Pérez.
TRATO CONFIDENCIAL
En el primer acercamiento se establece secrecía y se le asegura a la persona que lo que diga quedará entre ella y su escucha.
Incluso si quiere hacer una carta, las tanatólogas abren esa vía de comunicación entregando el mensaje, o le proporcionan un teléfono para que de manera privada puedan hablar con quienes consideren necesario.
De las necesidades expresadas con cierta recurrencia se cita el pedir un sacerdote, el deseo de no querer continuar con el tratamiento, o el anhelo de morir en casa.
Pero aunque pudiera pensarse que estas necesidades se le expresan a cualquiera, también se pide apoyo para cerrar ciclos en asuntos extraordinarios.
Susana Dingler apuntó que el tanatólogo se convierte en una herramienta de ayuda justo en el momento en el que se le confiesa una situación oculta.
CATARSIS
Y en su ejercicio le tocó asistir a una mujer con metástasis de cáncer, que le confió haber robado a una menor a quien hizo pasar por su hija. La mujer cometió un delito pero dijo que el impulso se generó cuando vio que la niña sufría de abandono.
Curiosamente era la hija que más atención le brindó en el momento en que su vida terminaba. La tanatóloga la escuchó y se comprometió. Y la exhortó a decirle a la chica lo que había ocurrido.
Dingler aseguró que ese ha sido uno de los casos más duros que ha atendido, pero la jovencita fue enterada de la situación y contactando a las autoridades en otra entidad se buscó a su familia, confirmando que la madre biológica no tenía interés en conocerla y que se dedicaba a la prostitución.
A CERRAR CICLOS
Por lo que respecta a los derechos que puede brindar el estado, la eutanasia se convierte en un recurso legal del cual no dependen los tanatólogos pues lo que su labor impulsa es el morir con dignidad a través de la tranquilidad que auspicia el saldar cuentas.
Si la entidad permite el recurso, éste debe ser discutido entre paciente y médico, aseguran.
Aunque la intervención de estas expertas se enfoca en el ámbito nosocomial al buen morir, la tanatología no sólo da soporte a pacientes en fase terminal.
También a personas que necesitan cerrar ciclos: sea un divorcio, un accidente discapacitante, la desaparición forzada de una persona o un despido laboral.
En suma, cualquier cambio abrupto que rompa con la tranquilidad que ofrece la vida cotidiana.
"LLAMADO" A LA TANATOLOGÍA
Los motivos por los cuales se asume este oficio y el voluntariado también son diversos.
Pero se coincide en el hecho de que para poder querer ayudar, primero debieron ser apoyadas en un momento de crisis.
“Yo me inicié en la tanatología hace precisamente ocho años con la muerte de mi hija, que tuvo una muerte muy trágica. A ella la asesinaron y entonces yo me dediqué a estudiar, pasaron como ocho meses cuando una empieza a despertarse. Vivió Daniela, murió Daniela y me pregunto: ‘¿qué me dejó Daniela?’ Yo elegí salir adelante”, compartió Alicia Lira, quien sabe que su elección es una forma de rendir homenaje a su hija.
Hoy Alicia se dedica de tiempo completo a la tanatología y además de ser voluntaria en el HU fundó un grupo que se denomina Renacer, que sesiona en la Iglesia de San Judas Tadeo, donde se le proporcionó un salón para atender a los interesados.
AÑOS VIOLENTOS
El periodo de inseguridad que se vivió en la Comarca Lagunera a partir del año 2007 y que colocó a Torreón por un tiempo como la ciudad más peligrosa del país, definió estrategias de trabajo para este equipo.
Dingler fue una de las primeras voces públicas en denunciar que el anfiteatro se saturaba, el sitio quedaba rebasado ante los homicidios múltiples y los cuerpos de las víctimas requerían de un manejo digno.
Además se debió entender que los familiares de las víctimas de homicidio doloso no estaban preparados para la pérdida, como tampoco lo estaban para entender un procedimiento legal como lo es la necropsia a que obliga la autoridad judicial.
Fue así como decidió continuar capacitándose en el tema. Hoy es la única tanatóloga forense en el país, y es requerida por empresas en momentos de crisis.
Así se movilizó a Durango para apoyar en el accidente aéreo donde milagrosamente no hubo pérdidas humanas pero donde debió atender personas en estado se shock.
A pesar de que algunos corporativos han querido monopolizar su trabajo, ella ve su independencia como un privilegio, motivo por el que ahora se dedica a capacitar a personal para que pueda actuar en un momento donde un accidente laboral puede configurar una tragedia.
El Dato.Contacto
Las personas interesadas en recibir atención pueden acudir al Hospital Universitario donde se les canalizará con este equipo, o llamar al teléfono celular 871 173 0061 a Susana Dingler.