Boeing prepara su primer vuelo tripulado al espacio para febrero de 2023

Boeing aún esperaba poder realizar el vuelo antes del fin de 2022, pero algunos problemas durante la prueba revelaron la necesidad de algunos ajustes.

La nave tripulada de Boeing saldrá en despegue en febrero de 2023. (AFP)
AFP
Washington /

El primer vuelo tripulado de la cápsula espacial de Boeing, Starliner, está pautado para febrero de 2023, anunciaron el jueves la empresa aeronáutica y la NASA, que busca establecer un segundo proveedor de transporte hacia la Estación Espacial Internacional para sus astronautas.

Desde 2020, los astronautas viajan a la Estación Espacial Internacional (ISS) a bordo de las cápsulas SpaceX, pero la NASA quiere diversificar sus opciones. Después de algunos tropiezos en el programa de Boeing, especialmente por un vuelo fallido en 2019, la empresa finalmente logró en mayo alcanzar a la ISS, sin tripulación a bordo. 

Ahora la empresa debe realizar un segundo vuelo, esta vez tripulado, con el fin de que la cápsula obtenga la homologación de la NASA y pueda comenzar con misiones regulares cada año.

"Proyectamos una fecha de despegue en febrero de 2023", declaró el jueves el encargado del programa comercial tripulado de la NASA, Steve Stich. 

Este vuelo de prueba, llamado CFT (Crew Flight Test), llevará a dos astronautas de la NASA, Barry Wilmore y Sunita Williams. La tripulación debería permanecer unos ocho días en la ISS donde participarán en actividades de investigación en el laboratorio de la estación, precisó Joel Montalbano, director del programa de la ISS. 

"Nuestro objetivo como agencia es el de tener dos prestadores comerciales estadunidenses operacionales lo antes posible", afirmó. 

Boeing aún esperaba poder realizar el vuelo antes del fin de 2022. Pero algunos problemas durante la prueba revelaron la necesidad de algunos ajustes. En particular, una falla fue detectada en el sistema de impulso cuando dos propulsores utilizados por la cápsula para ubicarse en la trayectoria correcta tras el despegue no habían funcionado. 

Los equipos de Boeing determinaron que el problema había sido provocado por "desechos", sin identificar de dónde provenían, declaró Mark Nappi, responsable del programa de Boeing. Se comprobó que los restos no procedían de la nave.

Además algunos filtros fueron retirados para ajustar un problema de presión y un programa informático debió ser actualizado para evitar un flujo muy grande de datos. 

dr

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