En el síndrome post covid, ningún síntoma debe considerase menor y es un error pensar que, con los meses, desaparecerán cuando existe evidencia científica de que un dolor de cabeza intermitente, sudoraciones nocturnas, pérdida de memoria, olfato y cabello; así como arritmias son resultado de que hubo una inflamación en el sistema nervioso central, en el cerebro, de ciertos órganos vitales, y, por lo tanto, se generó un daño que requiere de una intervención médica inmediata, aseguró el neumólogo Raúl Sansores.
“Ningún síntoma es menor (...) Todos deben ser debidamente analizados por los especialistas, tratados a tiempo, y no decirle al paciente que con el tiempo van desaparecer, porque no es cierto ni real. No hay estudios que demuestren que los síntomas desaparecen, y si hay estudios que demuestran que la inflamación permanece, se queda, generó daño y puede causar hasta un infarto.
“La inflamación cerebral pueden causar alteraciones de la conducta, por ejemplo, ataques de ansiedad, delirios, pánico y episodios psicóticos; trastornos compulsivos y obsesivos. Los olvidos pueden llegar a tener características similares a las de una demencia. Esto, insisto, está estrechamente vinculado con la inflamación en algunas áreas del cerebro”, expuso en entrevista para MILENIO.
Un neurólogo, por ejemplo, sabe que un dolor de cabeza en un paciente post covid refleja que hubo una inflamación importante en el sistema nervioso central, en el mismo cerebro, y que hubo una respuesta excesiva del sistema inmunológico, y por lo tanto, esa persona no va regresar a su condición de salud anterior, posiblemente sana, sin antecedentes de enfermedades mentales, tampoco y que esa persona no se va a curar dándole un paracetamol.
Existe una investigación científica internacional titulada “Más de 50 efectos a largo plazo de covid-19: una revisión sistemática y un metaanálisis”, publicada en la revista “Research Square”, que reporta que más allá de la fibrosis pulmonar, hay secuelas que han desarrollado los pacientes con síntomas moderados y graves, que deben de ser monitoreados para evitar un colapso en el sistemas de salud.
En esa investigación, en la que participaron expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Nacional de Cancerología, la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, de Emory University School of Medicine, de Houston Methodist Research Institute, entre otros, se identificó que 80 por ciento de los afectados con Sars-Cov-2 desarrollaron secuelas de diferentes índole.
El grado de inflamación y el tratamiento, por ejemplo, elevaron los niveles de hemoglobina glucosilada: “El 4 por ciento de los pacientes estudiados, por ejemplo, tienen ya diabetes”, detalló Sansores en entrevista.
Secuelas podrían ser un problema de salud pública
La inflamación también causó arritmias y, ante la falta de una adecuada atención, podría propiciar un infarto, o tal vez, aunque en menor proporción, un evento cerebrovascular.
En días pasados, las autoridades sanitarias informaron que, de acuerdo con estudio de seroprevalencia, en el país hay hasta 50 millones de mexicanos infectados cuando la cifra oficial no supera los 3 millones.
“Esos 50 millones de infectados, considerando que el 80 por ciento tiene manifestaciones y secuelas post covid, significarán en términos realista un incremento de diabéticos, estamos hablando de 2.5 millones de nuevos pacientes, y a ello se suma 4 o 5 millones de pacientes nuevos con hipertensión; 2 millones con fibrosis pulmonar. Si puede, eventualmente, convertirse en un problema de salud pública".
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2018) reportó que el 10 por ciento de la población, es decir, 8.6 millones de personas, cursaban con diabetes, mientras que 18.4 por ciento, es decir 15. 2 millones de habitantes, padecen hipertensión diagnosticada; en esta estadística falta incluir el sector que aún desconoce tener alguna o ambas enfermedades. Estas cifras podrían verse rebasadas.
Hay otros síntomas preocupantes como la fatiga crónica, por ejemplo, que puede llegar a ser incapacitante como también suele con el dolor muscular; la falta de concentración inicial puede convertirse en una discapacidad neurocognitiva, además, hay evidencia de que las personas padecen de sueño comprometido.
De modo, aclaró, esa fatiga, dolor de cabeza, articular, falta de sabor y olor, insomnio, caída del cabello como consecuencia de una especie de encefalomielitis miálgica, inflamación cerebral, no son condiciones clínicas que deben subestimarse. Sobre todo, si no hay factores causales establecidos antes de la infección por covid.
El virus, en otras palabras, propicia una disfunción inmunológica, endocrino-metabólica y factores neuropsiquiátricos.
En la investigación “Más de 50 efectos a largo plazo de covid-19: una revisión sistemática y un metaanálisis”, se establece que de los cerca de 5 mil estudiaría, dolor de cabeza lo tuvieron 44%; trastorno de atención (27%) y anosmia (21%). Se informaron otros síntomas, que no se incluyeron en las publicaciones, incluida la niebla mental y la neuropatía.
Sin duda, la etiología de los síntomas neuropsiquiátricos en pacientes con covid-19 es compleja y multifactorial. Podrían estar relacionados con el efecto directo de la infección, la enfermedad cerebrovascular (incluida la hipercoagulación), el compromiso fisiológico (hipoxia), los efectos secundarios de los medicamentos y los aspectos sociales de tener una enfermedad potencialmente mortal.
“Identificamos un total de 55 efectos a largo plazo asociados con covid-19 en la literatura revisada. La mayoría de los efectos corresponden a síntomas clínicos como fatiga, dolor de cabeza, dolor articular, anosmia, ageusia (...) los parámetros medibles incluyeron laboratorio, radiografía de tórax anormal, tomografía computarizada, metaanálisis de los estudios. Las 5 manifestaciones más frecuentes fueron fatiga (58%), dolor de cabeza (44%), trastorno de atención (27%), caída del cabello (25%), disnea, sensación de falta de aire (24%)".
Otros síntomas se relacionaron con enfermedades pulmonares (tos, malestar en el pecho, disminución de la capacidad de difusión pulmonar, apnea del sueño y brosis pulmonar), cardiovasculares (arritmias, miocarditis), neurológicas (demencia, depresión, ansiedad, trastorno de atención, trastornos obsesivo-compulsivos), y otros fueron inespecíficos como la caída del cabello, el tinnitus y la sudoración nocturna
La investigación también establece que los síntomas que no se mencionaron en ninguno de los artículos que estudiaron incluyen pérdida repentina de peso corporal, dolor de oído, problemas oculares, estornudos, nariz fría, sensación de ardor en el cuerpo, mareos, palpitaciones del corazón, dolor, sensación de ardor en los pulmones, dolor entre los omóplatos, y confusión.
JLMR